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David Alfaro Siqueiros

El camino contrarrevolucionario de Rivera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente:
"El camino contrarrevolucionario del pintor Rivera"; El Universal Ilustrado, 13 Septiembre 1934.

(Basado en el artículo original en inglés: "Rivera's Counter-Revolutionary Road," The New Masses, 29 mayo 1934, p. 16‑17, 38).

Reproducido en:
Raquel Tibol: Documentación sobre el arte mexicano, México, D.F., Fondo de Cultura Económica, 1974,
p. 53‑64.

 

 

 

 

 

 

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Obras de David Alfaro Siqueiros

 

 

 

 

 

 

No tengo el propósito de tratar únicamente del Retrato de Norteamérica[1] hecho por Diego Rivera y la correspondiente monografía. Me parece que un análisis tan particularizado sería un error. Primeramente voy a discutir la suma total de su trabajo y sus actividades, y la naturaleza del movimiento que él representa. Hasta ahora el método de crítica en el caso de Rivera ha sido parcial y escolástico, similar al usado por los críticos académicos. Esto equivale a decir que se ha aplicado un análisis mecánico (un método antidialéctico) a su trabajo, individualista y aislado, y a su personalidad, como si fuera una cosa estática y totalmente aparte. Sólo se ha estudiado una de sus consecuencias ‑ su oportunismo ‑ con un descuido total de sus orígenes.

Por esta razón la discusión se ha vuelto algo viciosa. Y por lo mismo los argumentos citados no explican completamente los elementos sutiles que están implicados en el problema. La controversia desenmascaró al oportunista; eso es evidente. La verdadera naturaleza de sus actos queda en la sombra. Los intelectuales revolucionarios y los obreros han reconocido hasta ahora al demagogo. Pero poco entienden de la "técnica" que empleó en su faena. El microbio ha sido aislado, aunque los factores de su origen todavía son desconocidos. Es decir, que la verdadera naturaleza técnica e ideológica (así como la metodología y la estrategia) de la incubación del llamado "Movimiento muralista mexicano" es todavía desconocida.

La crítica debe ser completa para poder extraer de ella lecciones útiles con el fin de hacer un verdadero arte revolucionario. Por este motivo el camino político de Diego Rivera nos aporta un material de gran elocuencia. ¿Pero es posible dar en un artículo una imagen del camino político y artístico siempre tortuoso de Rivera? Sólo a manera de sinopsis. Y eso es lo que voy a efectuar. Naturalmente que sólo voy a poder hacer declaraciones concretas, las cuales ampliaré posteriormente en el caso de que surjan objeciones.

¿Qué es el "Movimiento muralista mexicano"? El "Movimiento muralista mexicano" o el "Renacimiento mexicano" es el primer intento de hacer un arte colectivo revolucionario en la época moderna. Es el primer intento colectivo moderno de hacer un arte público. Es el primer intento moderno colectivo de hacer un arte mural. Estas características le han dado fama internacional. Los intelectuales de "izquierda" lo levantan. Y los críticos profesionales le hacen propaganda en la prensa burguesa. Sus repercusiones han conquistado inclusive a verdaderos ideólogos revolucionarios.

El "Movimiento muralista mexicano" comprende los trabajos que hemos hecho desde el tiempo de los frescos en la Escuela Nacional Preparatoria hasta las pinturas realizadas por Rivera y Orozco en los Estados Unidos. Las que yo hice en Los Ángeles son parte de un nuevo impulso del arte revolucionario.

¿Qué representa Rivera en este movimiento?

Diego Rivera es el representante más espectacular de este movimiento mexicano. Y aún más que eso: él es el pintor más maduro. ¿Cómo brotó el "Movimiento muralista mexicano"? El "Movimiento muralista mexicano" surgió de la Revolución mexicana. Quiero decir que emergió de una revolución popular (principalmente agraria). Esta revolución fue dirigida teóricamente y en sus aspectos militares por la pequeña burguesía artesana del país. Con esta revolución el movimiento comenzó a existir, con ella floreció y con ella decayó. De la Revolución mexicana tomó sus características, primeramente su confusionismo utópico, y siempre su constante oportunismo.

Sus fundadores y promotores fuimos arrastrados por todos los torbellinos y la natural confusión de su ideología: su chovinismo anárquico. Ahora podemos ver cómo algunos fueron envenenados para siempre y cómo otros se salvaron de la ponzoña.

Bohemia tradicional

Comenzamos por actuar como dilettanti. Sin embargo no nos curamos de la bohemia que nos afectó durante años. Rivera, la personalidad más adaptada del movimiento, pasó la época sangrienta de la Revolución mexicana en su atelier de París... y él es quien se convirtió más tarde en uno de los directores ideológicos de nuestro movimiento pictórico.

Típico "snob"

En París, Rivera fue el más sobresaliente snob mental de su tiempo. Fue el clásico montparnassiano y rotondiano. Nadie podía ganarle en agilidad espectacular, en lo dilatado de su imaginación. Su trabajo precubista, cubista y poscubista, en Europa, demostró su absoluta separación de los problemas sociales. Sin embargo, este snob se apropió más tarde de la Revolución para utilizarla exclusivamente como una plataforma para sus arengas.

Turista mental

Una vez en México, Rivera fue el turista mental por excelencia. Indigenista, folklorista, arqueologista (Picasso en "Azteclandia"). En México él fue el chovinista mexicano en indigenismo, y cuando llegó a los Estados Unidos dio de repente importancia al aspecto continental de su indigenismo. Su actitud de turista mental llega hasta la introducción de su Portrait of America. ¡En doce años Rivera no ha logrado ser un verdadero internacionalista! ¡Siguió siendo la víctima de las soporíferas mistificaciones de la burguesía! Todavía no sabe que el arte revolucionario está obligado a reflejar el carácter internacional de la Revolución. Él no sabe que las influencias regionales y circunstanciales nunca van a prevalecer sobre las características de clase.

Sumisión económica

El snob, el turista mental, más tarde no sabía y no podía prever los peligros que tenían que obstruirnos en la terminación de nuestros trabajos. Económicamente fue la suya una entrega incondicional al gobierno como patrón de su trabajo mural. Consecuentemente nos entregó a todos al gobierno. De esta manera él ofreció al patrón la cachiporra que iba a servir más tarde como un arma contra el ala izquierda de nuestro sindicato de pintores.

El ciego

Después de esto el problema consistía en encontrar un lugar apropiado para nuestro trabajo. Para entonces él ya había escrito y hablado sobre nuestras ideas respecto del arte en la propaganda revolucionaria. Al snob, al turista mental, se le encargó la búsqueda... y encontró los lugares más remotos en los edificios de la Universidad y del gobierno. Debe entenderse que encontró para nuestro arte, que debería ser para las masas, justamente aquellos lugares que eran los más completamente alejados del tránsito de las masas. El montparnassiano no fue capaz de entender que el arte revolucionario es un arte que debe ser políticamente funcional. ¿Pero lo aprendió más tarde? Veremos que desafortunadamente no lo aprendió.

Confusionista

Su idealización del indígena fue convertida después en una idealización del campesino indígena como el preponderante factor político de México. Tal fue la esencia de su credo político durante un largo periodo... Hasta que un día el trampolín de su demagogia lo aventó hacia el otro extremo: se convirtió en un "proletarista" ciento por ciento ‑ ¡a la Trotsky! ‑ . Vamos a ver cuándo, por qué y cómo ocurrió tal cosa. Durante este tiempo su pasión por los campesinos fue simplemente materia para una confusión ideológica. Teoría gravemente falsa por el propósito de una verdadera Revolución. Flor natural de la inconsistente irresponsabilidad de Rivera.

Oportunista sindical

Inclusive en las primeras reuniones constitutivas de nuestro sindicato de pintores, Rivera mostró ser un demagogo y un oportunista. En medida similar a la de Orozco, desplegó un nihilismo estético. Para Rivera, el sindicato debería haber sido el vehículo de colaboración con el gobierno al través del Departamento de Educación Pública. Llegó al grado de proponer que se diera un banquete al ministro Vasconcelos, el Médicis del "Renacimiento mexicano".

El sindicato debe apoyar únicamente el mantenimiento y desarrollo del trabajo oficial. Como algo que se ha quedado prendido a la panza del tesoro público. Esto explica por qué la fuerza del tal llamado "Renacimiento mexicano" fue una fuerza burocrática.

Saboteador del trabajo colectivo

Proclamando el trabajo colectivo, él destruyó toda posibilidad de trabajar colectivamente. Con su parloteo de imitar los gremios del Renacimiento italiano, se apropió para sí, a medida que pasaba el tiempo, de todo trabajo oficial del gobierno. Y de este modo se explica no sólo el extremo caos de las políticas, sino también de la técnica de nuestro movimiento. Obsérvense los lugares pintados por nosotros y se encontrarán ¡todos los medios, todos los estilos, todos los tamaños! Este factor no desalienta a Rivera para continuar su mentira internacional como método de un astuto publicista.

Saboteador de "El Machete"

El sindicato necesitaba sus propias publicaciones. Un instinto natural nos impulsó hacia el verdadero auxiliar para distribuir nuestro arte gráfico entre las masas. Y así fue como El Machete[2] logró su existencia. Para poder neutralizar a Rivera lo incluimos en el comité central. Esto no le impidió realizar un sabotaje constante. Nunca contribuyó con un solo dibujo. Únicamente hizo un pequeño artículo durante todos los años de su existencia. Sin embargo, esto no le impide autodenominarse internacionalmente el padre y la madre de la valiente criatura. Para Rivera, El Machete fue un motivo de fricción con su buen amo, el gobierno. ¡Hubiera sido mejor para él que se hubiera muerto! El camino oportunista de Rivera fue muy bien planeado de antemano.

Agente del gobierno

El Machete estaba condenado, con la ayuda de hábiles dibujos revolucionarios, a una entrega gradual al gobierno de la burguesía y al imperialismo. Esto ha sido imperdonable; y nosotros, Xavier Guerrero y yo, directores de El Machete, fuimos lanzados a la calle. Nuestro contrato de trabajo, rescindido. Aunque Rivera también figuró como uno de los directores de nuestro órgano del sindicato, no sólo continuó con su contrato, sino también incrementó su ingreso. La única cosa importante para Rivera fue continuar siendo un pintor muralista, y no le importó que para lograr este propósito tuviera que vender su alma al diablo... Y esto es exactamente lo que ocurrió. El sindicato se dividió en tres fracciones. Rivera encabezó la fracción que se entregó al gobierno. (Orozco, fiel a su hermetismo y misantropía tradicional, se sumió en una pasividad política. Al mismo tiempo se hundió en el simbolismo vacuo del arte seudorrevolucionario.) Al través de todo esto Rivera fue capaz de convertirse en la mano corruptora de las fracciones demagógicas contrarrevolucionarias que operaban entre las masas del Partido Comunista. Esto fue posible en ese tiempo debido a la juventud política de nuestro partido.

Técnicamente retrasado

El snob, el turista mental, el oportunista actuante no pudo ser un innovador técnico. No hubiera podido encontrar la técnica y la metodología apropiadas a un arte revolucionario. Esto es un problema funcional y no puede ser resuelto por un ignorante de la función. La técnica de Rivera, como todo el movimiento artístico mexicano, es mística para el propósito del arte revolucionario; muros interiores, fresco anacrónico tradicional, brocha para pintar, etc., etc. Nunca ha tenido capacidad inventiva en técnica revolucionaria. Sus medios y materiales son inútiles no sólo para el arte de propaganda, sino también para las condiciones de una construcción moderna. Volveré a este punto en otro artículo. Rivera declara que los indígenas mexicanos le enseñaron el oficio de pintar, pero en todo su trabajo nunca ha usado otra cosa que los colores importados Lefranc. De Europa, Rivera trajo los métodos académicos de composición a la manera de Lhote[3].

El "fanático" de la Revolución

El trabajo de "simpatizante" fue todo lo que llegó a lograr Rivera. Nunca tuvo experiencia sindical. Nunca tomó parte en las luchas cotidianas de la clase obrera. El Partido Comunista no lo podía utilizar con excepción de trabajos llamativos. Para lo único que desplegó entusiasmo fue para las cosas espectaculares, en las cuales pudo servir. Por esta razón nunca pudo ser y nunca será otra cosa que un dilettante en el arte revolucionario. El artista para poder servir a la Revolución debe ser un profesionista de un arte revolucionario funcional, uno que sabe su oficio y que ha sido formado por medio del profundo entendimiento de la doctrina marxista y la diaria militancia. ¡Los otros serán siempre los "desgraciados"!

Pintor oficial de la nueva burguesía

Esto quiere decir, el pintor que siguió fielmente el flujo y reflujo de la demagogia oficial mexicana. El "pintor magistral", el dilettante intelectual burgués de la Revolución, se vio obligado a entregarse a un lento proceso de concesiones a cambio del derecho para continuar pintando muros. El pintor que no entendió que la pintura mural a toda costa lleva a un peligroso oportunismo, el cual pretende no ver que la pintura revolucionaria es parte del próximo futuro de la sociedad; esto es, del periodo de la dictadura del proletariado. En México, Diego Rivera sólo pintó temas generales, símbolos abstractos, escolásticos, discursos seudomarxistas. Un discurso académico y pedante en lugar de un lema apropiado al movimiento. Ninguna pregunta concreta sobre el movimiento político preciso. Amigo de los retratos pictóricos políticos, nunca emplea, sin embargo, las figuras de una burguesía mexicana feudal (terrateniente), que fueron aliadas del imperialismo. Calles, su hombre fuerte, nunca aparece en la escena en su papel de demagógico verdugo de obreros mexicanos. Él nunca pintó a Julio Antonio Mella, Guadalupe Rodríguez, Pedro Ruiz y demás víctimas de la contrarrevolución mexicana. ¿Y el embajador Morrow? Rivera nunca podría retratar muy bien políticamente a su patrón, el hombre que le pagó 12 000 dólares para que él pudiera condenar el colonialismo español en su fresco, como el símbolo de la opresión del pueblo mexicano, para ser ofrecido como un obsequio al gobierno del país respectivo. Naturalmente, Rivera evocó al Cortés de la Conquista. Cortés hace mucho que está muerto; pero de ninguna manera insinuó Rivera al moderno Cortés de México; al contrario, el último fue amigo suyo y su viuda es su madrina en los Estados Unidos.

El renegado

Cuando llegó a su término la era "confortable" para el comunismo en México y comenzó la contraofensiva oficial, se acabó el entusiasmo de Diego Rivera. Tenía que salirse a toda costa del Partido Comunista. Continuar hubiera puesto en peligro su "sagrada" pintura mural. Al mismo tiempo fue necesario para él hacer una salida "revolucionaria". La solución fue lógica. Se dejará expulsar del partido proclamando ser más radical que el partido, esto es, un trotskista. Después atacará al comité central del partido mexicano en la prensa burguesa. Finalmente recibe, a cambio y como premio, la dirección de la Escuela de Bellas Artes, para poder establecer allá un programa de mistificación demagógica. Y hasta llegó al punto de darse golpes de pecho en el juicio a los comunistas, cuando fuimos encarcelados el 1° de mayo de 1930, declarando que él no estuvo presente en esa manifestación radical; pero sí entre los cobardes, los adictos al gobierno mexicano contrarrevolucionario. Un amigo del retrato documentado confirmó en el juzgado su declaración, mostrando una fotografía para que el gobierno la tomara como parte de sus testimonios.

El esteta del imperialismo

Paralelamente a la penetración del imperialismo en México, vino la penetración del turismo. Los turistas encontraron en Rivera su pintor por excelencia. Rivera encontró en ellos a los acrecentadores de su fortuna. Los turistas querían pinturas pequeñas que pudieran ser embarcadas fácilmente, y uno tenía que cumplir con sus demandas comerciales. De este modo se abrió la puerta a la Mexican souvenir painting, a una pintura chovinista, la cual vino a sustituir a la pintura mural que iniciamos en México con sanas intenciones revolucionarias.

El pintor de los millonarios

El gobierno de México y los turistas norteamericanos llevaron el nombre de Rivera fuera de México y lo hicieron internacional. Después trajeron al pintor a los Estados Unidos; Rivera se ha portado aquí como se ha portado allá. La misma consideración para los millonarios... Pero no estaba regateando por la sensibilidad de Rockefeller. El pintor demagógico subestimó la "libertad" de su nuevo patrón. Además, se le ocurrió por primera vez a Rivera pintar a Lenin. En los frescos de California y Detroit empleó la misma técnica oportunista, ideológicamente oscura.

El mismo error técnico ‑ muros interiores, etcétera ‑. Recordó a Hellen Wills[4] pero olvidó a Tom Mooney[5], a los muchachos de Scottsboro[6], etc., y todos los problemas inmediatos del proletariado norteamericano.

El pintor de la coalición Trotsky-Lovestone

Rivera tenía que lograr su destino político. Con un brazo acogió las ideas de Lovestone[7] y con el otro las de los trotskistas. De esa manera demostró que en esta trinidad había una unidad contrarrevolucionaria. En la defensa del "maestro" todos atacaron a la vez al Partido Comunista.

Rivera retrata Norteamérica

En este caso Rivera hace un progreso en lo que respecta a la localización. Pero por necesidad demagógica, inclusive esta vez perdió su objetivo. El lugar escogido es una monstruosa consecuencia de la falta de disciplina y de confusión. Sin embargo, debemos descender a las catacumbas de los facciosos para encontrar el último soplo de trompeta de Rivera. Comprobamos el mismo viejo error. La pintura concebida para una contemplación estática de los parásitos de una élite. Y de ningún modo una equivalencia funcional para el espectador revolucionario, el espectador masivo. Aglomeración de figuras, de banderas, etc., que hacen necesario un examen microscópico. Una insistencia en la pintura no reproducible, esto quiere decir en el acto de acercamiento intelectual en la pintura que no trata con emergencias revolucionarias. ¿Y qué sobre la temática? El itinerario cronológico nos dará la contestación. Como ya sabemos, Rivera gusta extraordinariamente del retrato documentado como una herramienta de la pintura de propaganda. Retratar es su medio más frecuente. En Portrait of America este sistema fue llevado al extremo. Podemos comprobarlo: Washington, Franklin, Paine, Jefferson, Adams, Lincoln, Margaret Fuller[8], Thoreau[9], Emerson[10], etc., etc. ¡Retratos y más retratos! Todos los buenos y todos los malos. Los libertadores y los dictadores. Pero de pronto... terminan los retratos. En su lugar aparecen símbolos impersonales. ¿Qué pasó? La respuesta es muy simple... Hemos llegado al tiempo actual, al periodo de la máxima penetración imperialista en Latinoamérica. Hay un tablero para la NRA[11] y otro para los países semicoloniales de Latinoamérica. Aguzamos la mirada. ¿Dónde está Franklin D. Roosevelt? ¿Dónde está Johnson[12]? ¿Dónde está miss Perkins[13]? ¿Qué pasó con el método de retratos documentados? ¿Dónde está Calles? ¿Dónde está Machado[14]? ¿Dónde está el astuto embajador Morrow[15]? Los otros tableros están llenos de víctimas, de héroes. ¿Qué pasó con las víctimas del tiempo presente? Julio Antonio Mella[16], José Guadalupe Rodríguez[17] no aparecen en los paneles de los países semicoloniales. En su lugar hay una terrible mezcla de símbolos y escenas confusos. Una vez más Rivera ha sido valiente con los muertos y cobarde con los vivos cuando se trata de denunciar a los verdugos de hoy.

Pecado impenitente

Los que creen que entre las ideas lovestonianas, de los trotskistas y del gobierno mexicano hay una diferencia (en el efecto general sobre la dinámica política), piensan que Rivera ha hecho algún progreso cuando se aproximó a estos grupos. Su desilusión debe ser muy grande. Rivera regresó a México a trabajar para el gobierno y para vociferar en las demostraciones amarillistas gubernamentales a favor de la Cuarta Internacional.

Conclusiones

El "Movimiento muralista mexicano" ha sido un movimiento utópico en el camino hacia una pintura revolucionaria. De sus tremendos, repetidos y frecuentes errores deberíamos aprender algunas lecciones útiles. Por lo pronto nos ha permitido iniciar un equipo internacional de pintores revolucionarios. Pero sobre este tema debo explayarme en otro artículo.

 

 

 

 

 



[1]. El 2 de noviembre 1932, Rivera firma un contrato con la Todd‑Robertson‑Todd Engineering Corporation y la Todd & Brown, Inc., para realizar un mural en el edificio de la Radio Corporation of America (RCA) en el Rockefeller Center de New York. El pintor pronto comienza a trabajar en su mural, titulado "Hombre en el cruce de caminos". El 24 de abril 1933, el New York World-Telegram publica un artículo que dice: "Rivera perpetra escenas de actividad comunista en los muros de la RCA, y Rockefeller, Jr. paga la cuenta". El 4 mayo, Nelson Rockefeller escribe Rivera para solicitar que retire del mural el retrato de Vladimir Lenin. Rivera se rehúsa. Todd-Robertson-Todd cesa a Rivera el 9 mayo y sus murales se cubren. Nelson Rockefeller se plantea la posibilidad de trasladar el mural al Museo de Arte Moderno, pero finalmente la obra es destruida las días 10 y 11 febrero de 1934, mientras Rivera recibe la suma total convenida por el encargo del Rockefeller Center. A continuación, entre junio y diciembre, realiza una serie de veintiún tableros portátiles al fresco en la New Workers' School de New York, titulados "Retrato de América".

[2]. En la primera quincena de marzo 1924 Siqueiros cofunda el periódico El Machete, órgano de difusión del Sindicato de Obreros Técnicos, Pintores y Escultores, y forma parte del comité ejecutivo con Diego Rivera, Xavier Guerrero, Graciela Amador y Rosendo Gómez Lorenzo. 17 ejemplares son publicados de marzo a noviembre. Luego El Machete pasa a manos del Partido Comunista Mexicano. En noviembre 1925 el PCM adopta una resolución que convierte al periódico en su órgano oficial, el cual en septiembre 1939 es sustituido por el diario La Voz de México.

[3]. En 1916 Rivera forma parte, con Andre Lhote, Gino Severini, Juan Gris, Jean Metzinger y el escultor Jacques Lipchitz, de un grupo que el crítico Maurice Raynal llamaba “Cristal” y “Cubismo clásico” refiriéndose a la austeridad de sus trabajos cercanos al cubismo sintético.

[4]. Hellen Wills, tenista. Su retrato aparece en el mural realizado por Rivera al fin de 1930 en el Luncheon Club (comedor) del nuevo edificio de la Bolsa de Valores de San Francisco.

[5]. El 22 julio 1916 se celebra en San Francisco una manifestación en el marco del "Preparedness Day" ("Día para tenernos listos"), organizado por la Camera de Comercio y los círculos conservadores de negocios, para promover el patriotismo y pedir la entrada de los USA en la guerra europea. La explosión de una bomba mata diez participantes y hiere severamente otros 40. Son acusados como autores: el militante sindical Tom Mooney con su esposa, el obrero Warren K. Billings así que dos otros, Israel Weinberg y Edward Nolan. En septiembre 1916 Billings es condenado a prisión perpetua. En enero 1917 Tom Mooney es condenado a muerte. Rena Mooney y Weinberg son declarados inocentes, Nolan no es inculpado. Finalmente aparecen evidencias de falsos testimonios, y Mooney y Billing son indultados.

[6]. El 25 marzo 1931, estalla una riña al borde de un tren, en Jackson County, región al noreste de Alabama, USA. Nueve jóvenes negros son aprisionados. Dos muchachas blancas alegan que fueron víctimas de agresión sexual. Hasta abril, ocho de los nueve acusados son condenados a muerte, solo en el caso de un muchacho de doce años falta la voz de un jurado para igual juicio. En julio 1937, las acusaciones de violación son desestimados para cinco de los acusados. Uno es indultado en 1976, los tres restantes son indultados en 2013.

[7]. Jay Lovestone. En agosto 1927 es designado como secretario general del Workers (Communist) Party of America [Partido obrero (comunista) de América], en junio 1929 es expulsado del partido. Constituye un grupo llamado Communist Party of the U.S. (Majority Group) [Partido comunista de los EEUU (grupo mayoritario)]; en 1932 el nombre cambia por Communist Party (Opposition) [Partido comunista (oposición)]; en 1937 se transforma en Independent Communist Labor League (Liga obrera comunista independiente), y desde 1938 se llama Independent Labor League of America (Liga obrera independiente de América).

[8]En 1836, en Boston, USA, Henry Hedge, George Putnam, George Ripley, y Ralph Waldo Emerson resuelven organizar reuniones periódicas para desarrollar sus ideas, inspiradas de varias fuentes, como la filosofía transcendental de Kant, así que el romanticismo alemán et ingles en general. Su círculo comúnmente es identificado como "Club transcendental". En 1841 Ripley establece cerca de Boston el "Brook Farm", una suerte de comunidad utópica que luego se aproxima al concepto de Fourier. El experimento sigue hasta 1846.

Margaret Fuller, en 1836, empieza un trabajo de enseñante en el "Temple School", una escuela experimental privada establecida desde 1834 en Boston por Bronson Alcott que es asociado a los transcendentalistes. Fuller se dedica a promover la reforma de las prisiones, el abolicionismo, el derecho de voto para las mujeres, la igualdad para las minorías respecto a la educación. En 1846 sale para Europa, viaja en Inglaterra y Francia, se establece en Roma en 1847. Se conecta al movimiento de unificación de Italia encabezado por Giuseppe Mazzini.

[9]. Henry David Thoreau. Ligado a los transcendentalistas (Cf. nota 8).

[10]. Ralph Waldo Emerson. Ligado a los transcendentalistas (Cf. nota 8).

[11]. La National Industrial Recovery Act (NIRA, Ley de Recuperación Industrial Nacional), es firmado por el presidente Franklin D. Roosevelt el 16 junio 1933. Crea la National Recovery Administration (NRA, Administración de Recuperación Nacional), planteando como objetivo establecer un esquema de competencia regulada, para mantener los precios y promover la formación de sindicatos.

[12] Para dirigir la NRA (cf. nota 11), es designado el ex general Hugh S. Johnson que durante la guerra mundial había asumido la tarea de lazo entre las fuerzas armadas y el War Industries Board (Comité de industrias de guerra).

[13]. Frances Perkins, designado como secretaria de trabajo por Franklin D. Roosevelt, es la primera mujer integrada en un gabinete presidencial US.

[14]. Gerardo Machado Morales. Asume la presidencia de Cuba el 20 mayo de 1925. El 10 agosto 1933, ante un levantamiento del pueblo y de las fuerzas armadas, huye hacia Bahamas.

[15]. Dwight W. Morrow. El 20 septiembre 1927 es designado embajador extraordinario y plenipotenciario en México por el presidente John C. Coolidge; renuncia el 30 septiembre 1930.

[16]. Julio Antonio Mella se encuentra entre los fundadores del primer partido marxista-leninista cubano en unión de Carlos Baliño. El 20 mayo 1925, el general Gerardo Machado asume la presidencia de Cuba; ilegaliza el Partido Comunista. Mella se exilia en México. Actúa como miembro del Comité Central del Partido Comunista de México. Muere asesinado el 10 enero de 1929 en México.

[17]. José Guadalupe Rodríguez Favela. Miembro del comité central del Partido comunista mexicano. En 1926 está entre los fundadores de la Liga nacional campesina. En 1929 es nombrado vicepresidente del Bloque Obrero y Campesino. Durante la rebelión encabezada por el general José Gonzalo Escobar y otros militares (marzo-abril de 1929), Rodríguez Favela es comisionado por el general Plutarco Elías Calles, entonces secretario de Guerra y Marina, para que organizara a los campesinos en el Estado de Durango donde los generales Juan Gualberto Amaya y Francisco Urbalejo conducen el levantamiento. Rodríguez Favela reúne una fuerza numerosa de campesinos armados, al tiempo que desarrolla una labor política. El gobierno, temeroso que adquiriera demasiada influencia, lo despoja del mando, sus contingentes son desarmados y dispersados, y él es encarcelado. Más tarde es puesto en libertad, pero las intrigas continúan; es tomado prisionero nuevamente el 12 mayo. Dos días después lo sacan de la celda y lo fusilan.