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1 Conferencia Comunista Latino Americana
1‑12 junio 1929

Notas explicativas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Establecido: noviembre 2018

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1 Conferencia Comunista Latino Americana - Índice

 

 

 

 

 

 

 

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Referencias

 

Argentina

Sindicatos

En 1901 se crea la Federación Obrera Argentina (FOA) y anarquistas y socialistas parecen encontrar en la declaración de prescindencia política la mejor fórmula de transacción.

Llegado el 2° Congreso de la F.O.A., en 1902, la relación entre los dos grupos se había vuelto difícil, y esto se reflejó en el congreso, donde algunas organizaciones se retiraron, originando la primera escisión dentro de la central. Los anarquistas lograron imponer sus criterios en las declaraciones aprobadas por el congreso.

El 1° Congreso de la U.G.T., en 1903, recomendaba a los trabajadores apoyar con sus votos a los partidos que promovieran reformas concretas a través de la legislación obrera. Es decir, apoyaba abiertamente al Partido Socialista. Insistiría en su posición legalista, ya que "afianzando su aspiración de que se establezca una legislación obrera en defensa de los intereses del trabajo" invitaba a todos sus afiliados "a que ejerzan los derechos políticos".

En junio de 1903, la F.O.A., ya totalmente dominada por los anarquistas, realizó su 3° Congreso, en el que, con referencia a la actividad política, se aprobó una declaración en la cual se afirmaba que: "el socialismo obrero es una concepción amplísima de la que forzosamente tiene que estar excluida toda idea encarnadora de la acción parlamentaria y legislativa, que hoy reúne, circunscribe, mejor dicho, aquella concepción al estrecho espíritu de un partido". Al año siguiente, ya bajo el nombre de F.O.R.A., esta organización ratificaría esa posición en el 4° congreso donde se declararía a la central "distinta y opuesta" a los partidos políticos burgueses y obreros.

En un intento de fusión surgió, en 1909, la Confederación Obrera Regional Argentina (C.O.R.A.), que absorbió a la U.G.T. y a algunos sindicatos de la F.O.R.A. En 1914 se realiza en un congreso la absorción de la C.O.R.A. por la F.O.R.A., El masivo ingreso de las sociedades autónomas de la CORA, resuelto durante el congreso de concentración obrera de 1914, que, a primera vista, podía considerarse como una victoria de la FORA anarquista sobre los partidarios de un sindicalismo neutro y economicista, constituyó de hecho una estratagema de sus enemigos y el lamentable inicio de una división definitiva en el seno del movimiento obrero argentino. Los gremios dirigidos por sindicalistas puros, por socialistas reformistas y legalistas o por anarquistas tibios y cada vez menos doctrinarios llegaron a ser pronto mayoría. Y, así cuando se convocó el 9° Congreso de la FORA, del 1 al 4 de abril 1915, pudieron imponerse por el número de delegados, hicieron triunfar la tesis del sindicalismo neutro y antifinalista y lograron un pronunciamiento que anulaba la definición anarco-comunista del 5° Congreso. La minoría, partidaria de mantener tal definición, decidió retirarse y, desde el 2 de mayo, existieron dos FORA, la del quinto (anarco-comunista) y la del noveno congreso (sindicalista neutra).

Tanto el 10° Congreso de la F.O.R.A. sindicalista ("del noveno congreso") como el 1° Congreso extraordinario de la F.O.R.A. anarquista ("del quinto congreso") expresaron su más amplia solidaridad hacia la revolución rusa. Ambos mantendrían también las líneas de conducta desarrolladas hasta el momento. El congreso de la F.O.R.A. anarquista, celebrado en 1920, aprobaría la recomendación del comunismo anárquico tomada por el 5° Congreso en 1909. Por otra parte, el 10° Congreso de la F.O.R.A. sindicalista, tras afirmar nuevamente que "el sindicato es el órgano específico de la clase trabajadora organizada", estableció, que para ser secretario de la F.O.R.A. era requisito no aceptar ninguna candidatura política.

Durante el 11° Congreso de la F.O.R.A., en 1921, la Federación Obrera Marítima propuso la constitución de un Comité Pro‑Unidad formado por representantes de las dos centrales y de los sindicatos autónomos para que preparara un nuevo Congreso de Fusión. De este congreso, que se realizó en marzo de 1922, no surgió la unidad buscada por sus promotores sino una nueva organización, la Unión Sindical Argentina, que absorbió a la F.O.R.A. sindicalista y que reflejaría en mayor medida el predominio de esa línea sobre los socialistas. Los anarquistas se mantuvieron fuera de la nueva central, manteniendo viva la F.O.R.A. "quintista".

Ante el apartamiento de los anarquistas y el dominio de los sindicalistas en la U.S.A. los socialistas iban quedando aislados. En abril de 1922 el Partido Socialista invita a la U.S.A., juntamente con La Fraternidad, el Partido Comunista y otros sindicatos, a celebrar "en unión y concordancia, la fiesta del 1° de Mayo". La U.S.A. rechaza la invitación, considerando que sus actividades se desarrollan "al margen de los partidos políticos y con arreglo a una disciplina propia". En 1924, en el 1° Congreso ordinario de la U.S.A., se rechaza la credencial de Francisco Pérez Leirós, representante de la Unión Obreros y Empleados Municipales, por ocupar una banca de diputado nacional por el Partido Socialista, con lo que se retiran del congreso los municipales. Este distanciamiento de los socialistas culminó en 1926 con la conformación de una nueva central, la Confederación Obrera Argentina (C.O.A.). Según los sindicalistas, el conflicto ocasionado por el retiro de los representantes de la Unión Obreros Municipales del congreso de la U.S.A. fue usado por los socialistas como una excusa para promover una central propia. En la carta orgánica de la C.O.A. se establecía que "sin excluir ningún medio eficaz de lucha" el propósito de la organización era llamar a los trabajadores "a organizar en el terreno sindical para conquistar, desde luego, mejores condiciones de trabajo y remuneración" de acuerdo con los estatutos de la nueva central.

Las tres corrientes ideológicas principales, el anarquismo, el sindicalismo revolucionario y el socialismo, quedaban así representadas, a mediados de la década del 1920, por tres centrales obreras distintas, la F.O.R.A., la U.S.A. y la C.O.A., respectivamente, En 1929, los comunistas se integrarían a este panorama impulsando la creación de una cuarta central, el Comité de Unidad Sindical Clasista, basándose para ello en que "los comunistas no podían ya trabajar dentro de los sindicatos reformistas".

Partido comunista

Origen

El 6 de enero 1918 fue fundado el Partido Socialista Internacional, luego Partido Comunista, bajo la dirección de Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi. Sus orígenes pueden ubicarse en el Comité de Propaganda Gremial, creado por la línea "izquierdista" del Partido Socialista, que había sido disuelta por el Comité Ejecutivo de éste.

José Fernando Penelón

El partido durante la década de 1920 sufrió tres rupturas. La primera de ellas en 1922 conocida como "frentista" se originó en una divergencia de un grupo de militantes sobre la política de frente único. A partir del 3° Congreso de la IC realizado en junio de 1921 la política impulsada por el comunismo a nivel mundial fue el frente único. El grupo "frentista" fue acusado de distorsionar la estrategia y la dirigencia del PC los denunció aduciendo que proponían una alianza permanente con el Partido Socialista (PS) y los calificó de "desviacionistas de derecha". Este núcleo disidente estaba compuesto por algunos destacados militantes como Luis Koiffman y Pedro Milesi pero, en sintonía con la estructura partidaria oficial en ese momento, tuvo escasa incidencia en el movimiento obrero.

La segunda de las rupturas ocurridas en aquellos años se inició con desavenencias surgidas a partir del 3° Congreso del PC (abril de 1920) en donde se produjo el debate en torno al programa. Un grupo, que conformó la corriente "izquierdista", se mostraba contrario a la posibilidad que el partido enarbolara un programa de reivindicaciones mínimas. Encabezados por el rosarino Tomás Velles, este grupo de militantes, muchos de pertenencia obrera, se constituyó como mayoría dentro del congreso y se enfrentó con la minoría liderada por Rodolfo Ghioldi, Victorio Codovilla, José Penelón y Pedro Romo, entre otros, que defendían la aplicación del programa mínimo y la utilización de la vía parlamentaria como método de lucha para ello. El crecimiento de la fracción "izquierdista" dentro del PC se hizo evidente y constante en los años subsiguientes aunque los cuadros dirigentes pertenecían mayoritariamente al grupo contrario. El 4° Congreso en 1922 y el 5° Congreso en 1923 mostraron este avance que se terminó con la obtención de la mayoría de los cargos directivos por parte del grupo "izquierdista" durante la realización del 6° Congreso en 1924.

El 5° Congreso de la IC que se desarrolló a mediados de 1924 selló la dirección hacia la "bolchevización" y la "proletarización". Estas decisiones comenzaron a desgajar el equilibrio entre ambas fracciones del comunismo argentino que alternaban estas disonantes mayorías y minorías en la estructura partidaria y en la dirección. El grupo de Ghioldi, Codovilla y Penelón, ahora minoritario en los puestos directivos, no cesó en su intención de dotar al PC de un programa de reivindicaciones inmediatas y finalmente consiguió la intervención en la disputa, en su favor, de la IC. Esto ocurrió en enero de 1925 con el envío de la Carta Abierta del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista al PC de la Argentina en donde se saldaba la controversia en favor del sector opositor al "izquierdismo". La carta marcaba la necesidad de convertirse en "un partido de acción" con la imperiosa tarea de "ir a las masas" y "estudiar detalladamente sus más vitales e inmediatas aspiraciones". Esto selló la disputa y colocó en un inmediato retroceso al grupo derrotado quienes intentaron vanamente recomponer posiciones dentro del partido. Entre marzo y abril de 1925, el 5° Pleno del CE de la IC puso en marcha las decisiones de su 5° Congreso en referencia a la composición y estructuración interna de los partidos comunistas de todo el mundo. La reunión del Comité Ejecutivo del PC argentino en junio del mismo año aprobó la carta de la IC.

A fines de 1925, los defensores de la posición de la IC lograron la mayoría en el 7° Congreso del PC y se impusieron sobre el "ala izquierda". La conducción real, aunque no formal, quedó en manos de Penelón, Ghioldi y Codovilla quienes procedieron a la expulsión del grupo derrotado. Entre ellos se encontraban importantes militantes que habían participado en la organización del Partido Socialista Internacional (PSI), el antecesor del PC: Angélica Mendoza, Cayetano Oriolo, Miguel Contreras, Mateo Fossa, Rafael Greco, Romeo Gentile y Teófilo González, por mencionar algunos. A ellos se sumaron un reducido grupo organizado en torno a la revista universitaria Insurrexit como Héctor Raurich, Luis Hipólito Etchebéhère y Micaela Feldman. Todos juntos constituyeron el Partido Comunista Obrero (PCO) en enero de 1926 y editaron el periódico La Chispa, de allí que serían conocidos como "chispistas".

La tercera crisis dentro del PC se desenvolvió a partir de 1927 y tuvo como actor central a Penelón. En los últimos días de diciembre de 1927 un núcleo de dirigentes del PC no asistió a la reunión del Comité Ejecutivo Ampliado. Era el anuncio de una inminente ruptura que expresaba desavenencias en varios puntos ocurridas durante los últimos meses. Un grupo de 300 simpatizantes acompañó el alejamiento que comandaba Penelón. Obrero gráfico, militante socialista, miembro fundador del PSI, dirigente encumbrado del PC y de diversas instancias comunistas latinoamericanas y concejal metropolitano, José Penelón contaba con circunstancias que le permitieron aglutinar un grupo de seguidores. Entre los más conocidos se encontraban Germán Müller, Guillermo Schulze, Luis Sommi, Florindo Moretti, José Ravagni, Ruggiero Rúgilo y Benjamín Semisa. Moretti era ferroviario, Semisa metalúrgico y miembro de la conducción del sindicato municipal, Luis Sous y Ruggiero Rúgilo se desenvolvían en el gremio gráfico, Luis Sommi era obrero del mueble y José Ravagni trabajaba entre los metalúrgicos navales.

Inicialmente, la estructura surgida de esta escisión se denominó Partido Comunista de la Región Argentina, para la elección presidencial de 1928 adquirió el nombre de Partido Comunista de la República Argentina (PCRA) para finalmente adoptar, luego de 1930, el de Concentración Obrera. El periódico oficial del grupo fue Adelante, del que se editaron sesenta números entre febrero de 1928 y diciembre de 1930 bajo la dirección de Penelón. Como Partido Concentración Obrera publicaron a partir de 1942 Frente democrático que salió de modo discontinuo hasta 1956.

Otro dato a destacar radica en que entre los integrantes de este partido se encontraba Roberto Guinney, su hijo y el español Camilo López que conformaron, luego de su separación en 1929, el Comité Comunista de Oposición, el primer grupo trotskista en la Argentina, editando el periódico La Verdad. De allí en más se emparentaron con el ya mencionado integrante del PCO, Héctor Raurich y con Antonio Gallo, éste último relacionado al PS.

Desde sus inicios, y más adelante también, el PC lanzó contra el PCRA diversas acusaciones que oscilaban entre el reformismo burgués al trotskismo: "los puntos de contacto entre penelonistas y trotzkistas son múltiples. Del penelonismo surgió el primer grupito trotzkista, de escasa vida y menor significación; ese grupito sigue en los núcleos trotzkistas de hoy". Los motivos de la ruptura entre ambos bandos resultan complejos de establecer con precisión. El grupo encabezado por Rodolfo Ghioldi y el delegado de la IC, el ruso Boris Mijailov, acusó a Penelón fundamentalmente de actitudes "caudillescas" aunque años más tarde se le añadió el argumento de constituir una ruptura de "derecha" y de volcarse al reformismo parlamentario amparándose en su concejalía capitalina. La discusión se centró en torno a tres ejes que referían al plano de la estructura partidaria pero también al programático: los "grupos idiomáticos"; las relaciones con la IC y la "cuestión sindical".

El PC había construido una compleja relación respecto de sus "fracciones idiomáticas" que eran agrupaciones formadas para incidir políticamente entre los obreros extranjeros que no hablaban español. Aunque siempre destacaban que habían ayudado en la organización e incorporación de cuadros, no faltaban las constantes advertencias que el PC lanzaba sobre los peligros de las desviaciones nacionalistas, la falta de disciplina y la excesiva independencia de las secciones. La discrepancia surgió a partir de la llegada a la Argentina de Anselmi, delegado de la Internacional Sindical Roja (ISR). El desacuerdo de criterios se plasmó en la sesión del Comité Regional de la Capital del 17 de agosto 1927 en donde el grupo de la mayoría, encabezado por Anselmi y defendido por Ghioldi, proponía una organización de los grupos de extranjeros con cierto grado de autonomía respecto de la estructura partidaria mientras que el proyecto de Penelón, en minoría, establecía un trabajo con la extranjería de modo más integrado al partido y con menos "juego propio" de dichos grupos. La propuesta de la mayoría fue la más votada en el organismo y, en consecuencia, implementada en el corto plazo.

También existieron diferencias relacionadas a cuestiones políticas y a la relación que se debía entablar con la IC. En primer lugar, había surgido un entredicho en torno al probable desenlace de una guerra inminente contra la URSS a mediados de 1927. Ante este peligro, el Secretariado Sudamericano había elaborado una declaración, a cargo de Ghioldi, cuya consigna era "ni una bolsa de harina, ni un kilo de carne a los ejércitos contrarrevolucionarios". Penelón, que era secretario del organismo continental, se opuso a dicha consigna, pero apoyando la declaración, por considerarla no sólo exagerada sino también de improbable implementación dada la debilidad y escasa influencia del partido. Un segundo momento de discrepancias se gestó durante ese mismo año alrededor de la labor de concejal desempeñada por Penelón. Los críticos apuntaban al desgaste que esto provocaba en relación al trabajo para y por el partido y, más enfáticamente, a su plataforma reformista "que en nada se diferenciaba de la de la socialdemocracia clásica".

Además de lo expuesto surgieron temas de menor índole en la disputa como la relación con el PS. Pero dentro de este proceso el tema gremial dominó una porción importante del altercado. El debate alrededor del mundo sindical entre ambos bandos se desenvolvió en un contexto de complejidad. Algunos sindicatos en manos de comunistas habían sido expulsados de la USA y otros se estaban reorganizando en torno a la afiliación a la COA o estableciendo lazos con la autónoma Unión Obrera Local. El primer punto de disidencia se encontraba ligado a las centrales obreras. El panorama estaba compuesto por una USA, de predominio sindicalista, con poco más de 10.000 adherentes y en clara tendencia decreciente, la COA, de tendencia socialista, que nucleaba cerca de 100.000 trabajadores aunque la mayoría eran ferroviarios, y la FORA que intentaba retener los pocos miles de asociados que todavía conservaba. Durante todo el año 1927 se produjo un debate interno en el PC en torno a la cuestión sindical. El contexto se caracterizaba por un movimiento obrero con escasa dinámica en los años 1920 y el hecho que un trabajo de los comunistas había comenzado de modo sistemático en 1925 pero que inmediatamente había sufrido la primera crisis de importancia con la creación del PCO en cuyas manos quedó la conducción de los sindicatos de la metalúrgica y del calzado.

Esto llevó a discutir el plan de acción. Los primeros contrapuntos se cristalizaron en la Conferencia Sindical de Buenos Aires desarrollada en mayo de 1927 y en las resoluciones surgidas de ella. Las posturas eran las siguientes: por un lado, el grupo de Penelón, que se encontraban en minoría, planteaban que debía priorizarse el ingreso de los comunistas a la COA mediante el diálogo con los jefes gremiales de dicha central; por otro lado, el bando encabezado por Ghioldi, la mayoría, proponía mantener la presencia en la USA para "recuperarla" y trazar una táctica que permitiera ingresar a la COA pero con la prudencia que ameritaba lidiar con una central reformista y con funcionamientos burocráticos. Obviamente, esta postura de Penelón respecto de la COA le valió una nueva acusación de reformismo. La refriega pareció pasar por una apuesta del PC a la revitalización de la USA y una desconfianza respecto de la COA a la que Penelón valorizaba.

Codovilla, que tuvo una posición menos directa en el conflicto quizá por encontrarse en Moscú durante 1927, rescataba el valor de la COA y de los socialistas en el movimiento obrero al tiempo que pretendía que el PC enfocara su trabajo en los obreros industriales y en las grandes empresas. Una visión que se emparentaba con la del secretario general de la ISR, Alexander Lozovsky, que manifestaba que "en el PCA se discutía todo el tiempo si ir o no a la COA, pero no cómo trabajar en las fábricas y ganar a los obreros para los sindicatos".

La incidencia de los “penelonistas” del PCRA en el movimiento obrero tuvo su máxima expresión en la industria textil. Comunistas, anarquistas y socialistas desempeñaban su tarea en la Federación Obrera de la Industria Textil (FOIT) con injerencia en la Capital Federal y sus alrededores. Había sido fundada en 1921 y los comunistas alcanzaron su conducción en 1926 de la mano de sus dos figuras principales Carlos Ravetto y Eugenio Rubino. El sindicato no se mantuvo al margen de las fricciones ya que por momentos funcionó como gremio autónomo debido al enfrentamiento, que terminó con la expulsión de la FOIT, entre los comunistas y la dirigencia de la USA. Asimismo, en el marco de ruptura del PC, Rubino junto a varios militantes textiles emigraron con Penelón y esto permitió conformar grupo de acción ligado al PCRA.

En el gremio textil, el PC había logrado cierto éxito al obtener presencia con sus células en las principales fábricas. Tanto en las dos sedes de Campomar y Soulas como en la Fábrica Argentina de Alpargatas las células comunistas funcionaban regularmente y lograban editar su prensa: Nuestra Palabra y La Lanzadera en Campomar y El Alpargatero en Alpargatas. Pero, aunque tenía presencia en el resto de las fábricas, la ruptura se hizo sentir en el trabajo cotidiano con los trabajadores. La labor del PCRA no hizo eje en las células sino en la extensión de las comisiones internas de fábrica. Esta situación se puede registrar en un conjunto de empresas de segunda línea (la mayoría de ellas de entre 300 y 700 trabajadores).

El conflicto entre el PCRA y el PC se dirimió con intrigas entre los dirigentes, fricciones, toma de locales partidarios por la fuerza y, en ocasiones, enfrentamientos armados. Finalmente, en marzo de 1928 (en realidad, en Argentina se conoció a finales del mes de mayo) la IC tomó una resolución al respecto reconociendo al PC como la única sección argentina y cuestionó, aunque con algunos leves matices, las posiciones de Penelón en todos los aspectos. Esto implicó su separación del cargo de secretario general del Secretariado Sudamericano de la IC ante la negativa de retornar a la estructura partidaria reconocida. La IC envió dos documentos que actuaron de modo conjunto al momento de deslegitimar al sector de Penelón y trazar la hoja de ruta del PC en lo inmediato. La carta-resolución que el Presídium del Comité Ejecutivo de la IC envió al PC argentino tabicó la contienda y marcó los lineamientos nodales que sirvieron como eje para los debates en su 8° Congreso en noviembre de 1928. De modo contundente fue la Internacional Comunista el organismo que dirimió el conflicto y reafirmó su rol a la hora de zanjar probables disidencias en las instancias nacionales. En la resolución, sobre la actitud del “penelonismo” frente al asunto de la central obrera, se decía:

la minoría, persiguiendo como la mayoría, la directiva justa de concentrar nuestras fuerzas y nuestro trabajo en la COA ha cometido la falta de concebir la unificación de las fuerzas obreras en la COA como un asunto administrativo y no como el coronamiento de una lucha para obtener de la COA garantías que aseguren a los comunistas la posibilidad de desarrollar su propaganda y su acción, y de un trabajo metódico, serio en las organizaciones de base de la COA, para que los obreros hagan en ese sentido, presión sobre los jefes reformistas.

Y recomendaba enfáticamente a los comunistas encarar el trabajo

sobre todo en los centros industriales y en las aglomeraciones obreras más importantes y las ramas industriales más concentradas. Brevemente, un trabajo sindical práctico, lo más intenso en la base, en la usina, sobre el terreno local y en las federaciones de industria, tales son las tareas primordiales de los comunistas en el movimiento sindical, tal debe ser el centro de gravedad de la acción sindical de los comunistas.

Asimismo, se emitió la conclusión que reconocía a las autoridades elegidas en el congreso de diciembre de 1927 y se instaba a Penelón y sus adherentes a retornar al PC de inmediato, y también se alertaba al grupo triunfante sobre los riesgos y la inconveniencia de crear una cuarta central sindical (hecho que finalmente sucedería con la concreción del definitivo cambio estratégico del PC que se venía insinuando, cf. más adelante). Por supuesto, la resolución de la IC daba la razón en todos los puntos tratados a la mayoría y, en el plano sindical, se condenaba el reformismo de los “penelonistas”, se reafirmaba la capitulación que suponían los planteos respecto de la COA, se enfatizaba la necesidad de insistir en el reemplazo de las organizaciones de oficios por sindicatos por rama industrial y se ponderaba la necesidad de trabajar por la unidad en todas las centrales con punto de partida en los sitios de producción.

Esto impactó de lleno en el PCRA ya que un núcleo importante de cuadros sindicales había conformado un Comité Pro‑aceptación de la resolución de la IC (entre ellos Moretti, Sommi y Pedro Chiarante). Conocida la resolución de la IC, la negociación encabezada por Moretti finalizó con el retorno al PC. Gran parte de los cuadros obreros retornaban de las huestes de Penelón. Algunos tendrán un rol importante en el armado sindical que estructuraría el PC de allí en adelante: Pedro Chiarante en la construcción, Próspero Malvestiti en la industria textil, Sommi en la madera, por ejemplo.

Las "Tesis sobre la situación económica y política" que estructuraron el 8° Congreso del PC que se desarrolló a finales de 1928 también reconocían el cimbronazo recibido por la ruptura: "es en la Capital Federal, donde la crisis tuvo gran repercusión, pues se circunscribió casi a ella, donde el trabajo se ha paralizado en el último año y medio. A pesar de la división penelonista y de la agresión del oportunismo, el Partido, con la ayuda de la IC se ha mantenido en una línea justa, que perfeccionada, completada y despojada de sus insuficiencias, sirve hoy para continuar su marcha con perspectivas de un excelente trabajo entre las masas". Según los documentos internos partidarios, en 1928 el PC tenía 60 células que abarcaban a 642 afiliados y 250 de ellas se habían ido con el “penelonismo”.

El “penelonismo” durante los años treinta careció de una incidencia relevante en el mundo sindical y concentró sus esfuerzos en el plano municipal, dirigiendo su atención y obteniendo el voto entre los trabajadores prioritariamente, con la formación del Partido Concentración Obrera. El PC, mientras tanto, sacó su propio balance de esta última ruptura. Se diría en ese sentido: "la crisis de Penelón fue la última crisis que afectó profundamente a nuestro Partido".

Resuelta esta cuestión, el PC se enfocó en la preparación de 8° Congreso y la elaboración de lo que sería el documento central (las ya mencionadas "Tesis sobre la situación económica y política"). Allí, entre otras decisiones, se comenzó a caracterizar la estructura socioeconómica argentina en términos de un capitalismo insuficiente y deformado por la dependencia de los imperialismos inglés y norteamericano, el peso del latifundio y los resabios semifeudales, y a entender la revolución por realizar en el país como "democrático-burguesa, agraria y antiimperialista", bajo la dirección del proletariado y su vanguardia.

Presidentes

Hipólito Yrigoyen.

Nació en Buenos Aires, el 12 de julio de 1852. Estudió abogacía y pronto se interesó por las cuestiones sociales y políticas. Sucedió a su tío Leandro N. Alem como jefe de la Unión Cívica Radical, partido democrático de la clase media. Tomó parte en la Revolución de 1890, organizó y realizó las de 1893 y 1905.

Gracias a la ley del voto secreto impuesta en 1912, en 1916 fue elegido Presidente de la República por votación popular, como candidato del partido mencionado. Su gobierno se caracterizó por el equilibrio con que supo mantener al país en la neutralidad durante la Primera Guerra Mundial, y cultivó las buenas relaciones con todos los países sin dejarse dominar por las fuertes presiones del extranjero. La reforma universitaria fue un hecho destacado de su gestión.

En 1928, cuando tenía 76 años de edad, fue reelegido presidente, pero un golpe de estado encabezado por el general José Félix Uriburu lo derribó el 6 de septiembre 1930.

Argentina - Referencias

Bolivia

Presidentes

Hernando Siles Reyes

Presidente de Bolivia, asumió el mando como presidente constitucional de enero de 1926 hasta mayo de 1930.

Brasil

Historia

Colonización de Brasil

Al tener noticias en la corte de Portugal de los descubrimientos colombinos en favor de la Corona de Castilla, los marinos portugueses se dispusieron a realizar sus propias exploraciones y colonizaciones, sobre todo porque en virtud del Tratado de Tordesillas (1494), firmado por las dos naciones descubridoras y arbitrado por el Papa Alejandro VI, correspondían a Portugal todas las tierras al este de un meridiano imaginario que pasaba 160 millas al oeste de Cabo Verde y dividía al globo terráqueo por la mitad. Muy pronto los portugueses llamaron al territorio saliente de Sudamérica que caía dentro de su dominio “el Brasil”, debido a la madera tintórea que se conocía como palo brasil y que por entonces constituía la principal riqueza de la región.

Antes de la conquista de Brasil, la zona estaba habitada por primitivas tribus caribes pertenecientes al grupo arauaco y, más al sur, por el importante grupo lingüístico de los tupi-guaraní. Quien tomó posesión de esas tierras en favor del rey de Portugal fue el marino y militar Pedro Álvarez Cabral, en abril de 1500. Juan III, ante la posible competencia de franceses y holandeses, dispuso la colonización portuguesa sistemática del país. Para ello armó una expedición que, bajo el mando de Martín Alonso de Sousa, partió de Lisboa en 1530. En 1531 se fundó la primera ciudad de Brasil, San Vicente (en la actualidad Santos). En 1534 el país se dividió en doce capitanías, con trescientos kilómetros de costa cada una de las cuales se encontraba bajo la responsabilidad de un donatario, munido por el rey de poderes para nombrar jueces y funcionarios, cobrar tributos y someter a los indios para trabajar en las tierras administradas por él. De esta experiencia solo se consolidaron dos capitanías: la de Pernambuco, al norte, y la de San Vicente, donde se fundó la ciudad homónima, muy cerca de la actual Santos, base de la futura penetración portuguesa hacia el interior del país.

La riqueza del palo brasil pronto se vio sustituida por otra que transformaría la estructura tradicional y feudal de la colonia portuguesa. En 1532, en las zonas aledañas a las fundaciones de Santos y Pernambuco, los portugueses introdujeron la caña de azúcar, procedente de la isla de Madeira, cuyo cultivo se extendió en poco tiempo y sustituyó completamente al palo brasil como primera fuente de riqueza del país. Los portugueses, los primeros esclavistas, trasladaron a millones de negros desde el golfo de Guinea con el objeto de servir a un creciente mercado mundial del azúcar, haciendo base de la colonización a la ciudad de Salvador (bahía de Todos los Santos), capital hasta 1763. La misión evangelizadora correspondió a la orden de los jesuitas quienes, cerca de Pernambuco, levantaron el Colegio de San Pablo, que con el tiempo daría lugar a la próspera ciudad de Sao Paulo. El gobernador portugués Mendes Sá, para celebrar la expulsión de los calvinistas franceses de la bahía de Guanabara, fundó el 1 de marzo de 1565, al pie del Paõ de Açucar en dicha bahía, la ciudad de Saõ Sebastiaõ do Río de Janeiro, la capital del sur, quedando Bahía como sede de la capital del norte.

En Portugal muere el rey Sebastián sin descendencia y, con la oposición de la aristocracia y del pueblo portugueses, Felipe II se convierte en monarca de Portugal (heredero por la rama de su madre de la familia real lusitana). Mantiene al país y sus colonias bajo el dominio de los Austrias hasta que en 1640 España pierde para siempre Portugal.

Para la explotación del territorio se organizaron grupos de hombres que exploraron el interior y los lechos de los ríos en busca de oro. Se trataba de los "bandeirantes" (grupos de bandas) (cf. las secciones siguientes), que recorrieron el Mato Grosso y Minas Gerais, donde se había encontrado oro en abundancia.

Durante el siglo XVIII, el país quedó dividido en una serie de capitanías generales que obedecían la autoridad suprema del virrey, cuya sede se encontraba en Río de Janeiro. Desde el punto de vista comercial, la explotación del territorio comenzó en el siglo XVII por medio de dos grandes compañías, la Companhia Comercial do Brasil y la Companhia Maranhao, ambas de carácter monopolístico, abolidas al despuntar el Siglo XVIII.

Bandeiras

Durante el período de la dominación española en Portugal (1580‑1640), los colonos de Brasil comenzaron su expansión sistemática al interior. Partían de las villas costeras para emprender la exploración del amplio territorio oculto por las montañas y colinas del litoral. Hasta ese momento la colonización lusitana no se había sentido fuera de la estrecha franja costera y siempre dentro de los límites establecidos por el Tratado de Tordesillas de 1494 (cf. la sección precedente). La unión de los tronos de España y Portugal no solo permitió el intercambio comercial entre las colonias ibéricas, sino que también favoreció la realización de incursiones portuguesas por encima de las fronteras fijadas en el acuerdo de 1494. La aparición de esas expediciones en un área hasta entonces vedada, tenía como meta la búsqueda de oro, plata, piedras preciosas, e indios. Esta expansión estuvo facilitada por la ubicación de San Paulo en el altiplano de Piratininga que, separado de la costa atlántica por la Sierra Marítima, descendía hacia la selva a través de los ríos interiores. Desde el principio las condiciones geográficas y los intereses económicos fijaron las rutas de esas exploraciones. Las redes hidrográficas del Paraná, el Sao Francisco y luego el Amazonas, proporcionaron dinámicas vías de comunicación.

Fue a este tipo de empresa a la que se denominó "bandeiras" (cf. la sección siguiente). Con esta palabra se designaba a los grupos de aventureros que se integraban bajo una estructura paramilitar y que esgrimían como signo distintivo un pendón o bandera. Las bandeiras se legalizaban en los registros municipales y podían ser organizadas por las autoridades coloniales o por la iniciativa particular de comerciantes y plantadores, que era lo más común. Los bandeirantes se internaban en las tupidas selvas y permanecían en exploración durante varios meses, hasta encontrar algún objeto de valor que llevar a los mercados de la costa. El número de participantes en esas campañas oscilaba entre 60 y 500 hombres. Todo parece indicar que el lugar de origen de las bandeiras fue Sao Paulo (lo que hace que se habla de "expansión paulista"), a partir de un núcleo humano libre, los mamelucos (cf. la sección correspondiente, más adelante), que se dedicaban al cultivo de la tierra. Atraídos por las enormes ganancias que se conseguían por medio de la localización de minerales preciosos o por la captura de esclavos, estos mestizos paulistas abandonaron sus ocupaciones y nutrieron las bandeiras.

El antecedente inmediato de los bandeirantes se halla en las primeras travesías portuguesas por la gran meseta brasileña que, iniciadas en los años 1531‑1532, se generalizaron después de 1560 con el nombre de "As entradas". Buena parte de esas expediciones salían de Bahía o Sao Paulo, para recorrer en todas direcciones la amplia meseta central. Más tarde, con el crecimiento de las villas de Belem, Sao Luiz y otras localidades de Maranhao, las incursiones se repitieron en la cuenca amazónica.

En rigor, los primeros bandeirantes comenzaron examinando los márgenes del Tieté, un tributario del caudaloso Paraná. Ya entre 1596 y 1597 la expedición de Joao Pereira da Silva Botafogo llevó sus incursiones hasta la meseta del Paraiba, al nordeste de Sao Paulo. Luego los bandeirantes se encaminaron en dirección oeste, y se toparon con las avanzadas españolas que desde el Paraguay habían cruzado el Paraná rumbo al mar, camino en el que fundaron las villas de Ciudad Real (1557) y Villa Rica (1576). La misión jesuita de São Paulo de Piratininga, fundada el 25 de enero de 1554, fue el primer establecimiento de la recién fundada Compañía de Jesús en América. Por la misma zona de la orilla izquierda del Paraná apareció un grupo jesuitas que, con autorización de Madrid, comenzó a reunir a los indios de las cercanías. Así, en 1610 se fundó la primera misión (Loreto) en el Guaira, en el actual estado de Paraná. Otros jesuitas, procedentes también de España, les siguieron y ya hacia 1630 la Orden poseía en la cuenca del Plata cuatro amplias comarcas con miles de aborígenes reunidos en 27 misiones. Esas áreas eran las del Guaira, la del Paraná medio (Paraguay), la ubicada en Entre Ríos y, por último, la del margen izquierdo del Uruguay (Siete Misiones).

Las reducciones del Guaira, por estar más próximas a Sao Paulo, fueron las que primero amenazaron los bandeirantes. Los cazadores de esclavos sentían gran atracción por los indios de las misiones, mucho más valiosos que los que vivían en libertad. Los jesuitas no solo disciplinaban y enseñaban a los aborígenes a trabajar la tierra, sino que también los reunían en un sitio con buenas comunicaciones, facilitaban así la tarea a los bandeirantes. La misma misión jesuita de São Paulo de Piratininga se convirtió en el siglo XVII en el punto de partida de las expediciones de los bandeirantes cuyo fin era saquear las misiones guaraníes fundadas por la Compañía de Jesús en el territorio Paracuaria, es decir, la entonces provincia del Paraguay, y llevarse mano de obra esclava hacia la costa brasileña. En 1628 cientos de bandeirantes atacaron y destruyeron varios centros jesuitas enclavados en la orilla izquierda del Paraná y se llevaron miles de Indios para los mercados de esclavos de Sao Paulo y otras villas costeras. Una suerte similar corrieron las demás reducciones del Guaira. Al final los jesuitas, tras apelar infructuosamente a todo tipo de recurso legal para detener a los bandeirantes, tuvieron que abandonar la comarca. La retirada de la Orden obligó a su vez a los españoles a evacuar los poblados de Ciudad Real y Villa Rica, desguarnecidos frente a los asaltos de parte de los bandeirantes. Estos persiguieron a los jesuitas hasta sus otros reductos del Paraguay, Entre Ríos y la Banda Oriental.

La separación de España y Portugal en 1640 hizo muy difícil la penetración de los bandeirantes en el territorio hispanoamericano. Tras sufrir numerosos ataques, los jesuitas recibieron el permiso de la Corona de España para adiestrar a los indígenas. Así, en 1641, en Mboreré, hoy Argentina, un ejército de guaraníes adiestrado por el veterano de los Tercios de Flandes Domingo de Torres, derrotó a una poderosa bandeira formada por 400 portugueses. Se consolidaría así el ejército más poderoso de América y única fuerza permanente que protegía la frontera con Brasil. En conjunto, entre 1637 y 1745, año este de la abolición definitiva de las reducciones, los ejércitos guaraníes entraron en combate al menos cincuenta veces en nombre del rey de España. En 1697, un contingente de dos mil indios rechazó a los franceses en Buenos Aires; en 1704, un ejército de cuatro mil hombres acompañado de caballos, ganado y un arsenal móvil descendió el Paraná en barcazas con el objetivo de defender la ciudad contra los ingleses; en 1724, expulsaron a los portugueses de Montevideo.

Los bandeirantes tuvieron que dejar sus ataques a las reducciones jesuitas y conformarse con llevar sus campañas al norte y al oeste. De esas expediciones las más importantes fueron la de Antonio Raposo (1650) por el Amazonas, la de Joao Amaro (1673) por el interior de la capitanía de Bahía y la de Domingo Jorge Velho por Piaui.

A fines del siglo XVII el oro, buscado desde la época del descubrimiento por conquistadores y bandeirantes, apareció en grandes cantidades. Los primeros yacimientos de cierta significación se habían hallado casi un siglo antes (1590) en una de las sierras al norte de Sao Paulo, pero pronto se agotaron. La esperanza de encontrar otros filones no se desvaneció, por lo que se prepararon nuevas expediciones, especialmente de los bandeirantes. En la búsqueda de metales preciosos y esmeraldas salió en 1673 Fernao Días Paes, quien llegó hasta el nacimiento del río Sao Francisco. Fernao Días nunca halló los placeres auríferos, pero sus seguidores, Manuel Borba Gato, Rodrigo de Castello Branco y sobre todo Antonio Rodríguez Arzao tuvieron mejor fortuna, pues el oro en definitiva se descubrió precisamente en el curso alto del Sao Francisco, por los años 1675 y 1680. Otros importantes yacimientos se encontraron más tarde (1697‑1698) algo al sureste, en las márgenes de un tributario del Sao Francisco ‑ das Velhas ‑ y en el río Doce, que desagua en el Océano Atlántico al noroeste del Río de Janeiro. Allí, en las fuentes de ambas arterias, se fundó en 1690 una villa que se convertiría en el centro de la explotación minera: Ouro Preto (Villa Rica). A la vez, la zona donde se encontró el oro recibió el nombre de Minas Gerais.

La palabra "bandeira"

La "bandera" era una formación para el combate en "cuadrilátero de picas", compuesta por un determinado número de hombres, empleada durante la Edad  Media en la Península Ibérica. En esta agrupación cerrada lo único que permitía la identificación era el estandarte de cada grupo. No obstante la palabra "bandeira" se refería más a la disposición de los hombres en el cuadrilátero que al estandarte. Esa organización táctica fue empleada por las tropas mercenarias suizas, de las cuales aprendieron los italianos y españoles en las campañas de Nápoles, en 1496, de donde pasaron a Portugal y de allí a sus colonias del Brasil. La conquista en el Río de la Plata fue realizada a base de "banderas" y para el efecto contribuyó efectivamente el hecho de que casi todos los conquistadores eran veteranos de las guerras de Italia, con experiencia en el uso de "cuadriláteros" y "banderas".

La palabra "mameluco"

La ambición más próspera de los bandeirantes fue la que se lanzó sobre las misiones jesuíticas de los españoles, en el sur, donde hicieron centenas de miles de esclavos. Fue algún jesuita que selló a los mestizos bandeirantes con la denominación habitual de mameluco. Un insulto que, absorbido por los ofendidos, acabó por generalizarse como su denominación. Aplicaron a los bandeirantes el nombre dado por los árabes a una categoría de gente criada, desde los dos años, en sus casa‑criaderos; con esos niños tomados de las poblaciones que ellos dominaban, se producían eunucos con los más torpes, jenízaros con los más impetuosos, cipayos con los más sagaces y mamelucos con los gestores devueltos a las poblaciones de que fueron quitados.

Los mamelucos brasileños de los primeros siglos se integraban totalmente a la vida indígena. Eran herederos de la sabiduría india sobre la naturaleza tropical, de sus técnicas artesanales, de sus habilidades de remeros, cazadores, pescadores. Fueron los mamelucos los que redujeron y esclavizaron a casi todos los indios agricultores, capacitados por eso para el trabajo en las plantaciones, inclusive los ya catequizados e integrados en las misiones jesuíticas del sur. Fueron los mamelucos los que extendieron la posesión portuguesa, llevándola al oeste, hasta el borde de los Andes; al sur, hasta el Río de la Plata; y al norte hasta más allá del caudal amazónico.

Sertones

La palabra "sertón" es el resultado de la supresión del prefijo del vocablo portugués "desertão" reducido así, por el habla popular, a solo dos sílabas. Se denomina "sertão" a un valle fértil, semejante a una huerta vastísima, sin pobladores instalados en ella; en otros términos, significa selva interior deshabitada.

Históricamente, fue identificada como "sertão" la zona comprendida entre el oeste de San Paulo y las Sierras del Amambay y el Mbaracayú, zona que muy lejos de ser un desierto fue una región de extrema abundancia y riquezas naturales sin igual en el mundo. El paulatino poblamiento del sertón, mediante un proceso de sucesivos asentamientos humanos, dio origen a su vez a la palabra "sertanista", utilizada en el Brasil portugués para designar a los que fueron radicándose en la zona aludida. Con el tiempo, sus incursiones en el sertón fueron identificadas con la expresión de "Entradas".

En la actualidad, con más de 50 millones de habitantes, lo que representa un 28 % de la población para un 12 % del territorio nacional, el Nordeste brasileño, extensa estepa llamada el “Sertão”, es una de las zonas semiáridas más pobladas del mundo. Muy pobre, la población rural vive de un cultivo pluvial de subsistencia, sobretodo el fríjol y el maíz.

Azevedo Lima

En 1923, Leônidas de Resende y Maurício Paiva de Lacerda habian fundado en Rio de Janeiro el diario A Nação (La Nacion). A finales de 1926, Resende, simpático a las ideas comunistas, propuso a la dirección del PC de Brasil retomar la publicación del diario como órgano del Partido. Fue en sus páginas donde se dio a conocer, en enero de 1927, una Carta Abierta del Partido Comunista dirigida a varias organizaciones políticas y a dos intelectuales progresistas ‑ Mauricio de Lacerda y Azevedo Lima ‑ proponiéndoles la formación para las elecciones estaduales del 24 de febrero de un Bloque Obrero con una plataforma democrática y antiimperialista. El Bloque Obrero, guiado por Pereira, Resende, Cordeiro y Azevedo Lima, obtuvo en octubre de 1928 la elección de dos representantes al Consejo Municipal del Distrito Federal. La no aceptación de esos delegados por el gobierno ocasionó airadas protestas de las masas.

Brasil - Referencias

Cuba

Presidentes

Tomás Estrada Palma

20 mayo 1902 a 28 septiembre 1906

José Miguel Gómez

28 enero 1909 a 20 mayo 1913

Mario García Menocal

20 mayo 1913 a 20 mayo 1921

Alfredo Zayas y Alfonso

20 mayo 1921 a 20 mayo 1925

Gerardo Machado y Morales

20 mayo 1925 a 12 agosto 1933

Alberto Herrera y Franchi

12 agosto 1933 a 12 agosto 1933

Carlos M. de Céspedes y de Quesada

12 agosto 1933 a 4 septiembre 1933

La Pentarquía: Ramón Grau San Martín, Sergio Carbó, Porfirio Franca, José Miguel Irisarri y Guillermo Portela

4 septiembre 1933 a 10 septiembre 1933

Ramón Grau San Martin

10 septiembre 1933 a 14 enero 1934

Carlos Hevia y Reyes Gavilán

14 enero 1934 a 14 enero 1934

Manuel Márquez Sterling

14 enero 1934 a 18 enero 1934

Carlos Mendieta y Montefur

18 enero 1934 a 11 diciembre 1935

La constitución de 1901 y la "enmienda Platt"

La lucha de liberación nacional contra la ocupación española

Cuando la mayor parte de las posesiones españolas en América latina habían logrado su independencia, la lucha del pueblo cubano contra el colonialismo español se desarrolló desde 1868 hasta 1898. En el transcurso de estos años se destacaron tres grandes conflictos armados: la Guerra de los Diez Años, la llamada Guerra Chiquita y la Guerra de 1895.

La Guerra de los Diez Años, iniciada el 10 de octubre de 1868, bajo el liderazgo de Carlos Manuel de Céspedes, se extendió hasta 1878. El 10 de abril de 1869 quedó constituida la llamada "República de Cuba en Armas". La guerra no concluyó con la victoria de los cubanos, fundamentalmente por causas políticas, es decir, brotes de regionalismo, divisionismo, indisciplinas y errores políticos.

La Guerra Chiquita (1878‑1879) constituyó un serio esfuerzo por dar continuidad a la Guerra de los Diez Años. Organizado bajo la jefatura del general Calixto García, el movimiento armado no llegó a alcanzar carácter nacional. En la práctica, constituyó la suma de varios alzamientos, en fechas distintas, en determinadas zonas, sin un plan único ni vínculos entre sí.

Como resultado de los esfuerzos empeñados por José Martí, en 1892 fue fundado en el exterior el Partido Revolucionario Cubano (PRC), que contaba con ramificaciones en la Isla. Martí había iniciado su militantismo político a los quince años, había sido encarcelado y luego a los diecisiete años, desterrado a España. En 1878 regresó a Cuba en virtud de una amnistía general. Viajó en varios países y en 1880 inició una estancia en New York. En enero de 1881 fue a Caracas donde trató de establecerse, llegando a publicar un número de la Revista Venezolana, pero ya en agosto estaba de vuelta en New York.

La Guerra de 1895‑1898 adquirió un carácter nacional al concluir la Invasión a Occidente, bajo la jefatura de los mayores generales Máximo Gómez y Antonio Maceo. Gómez arribó a las costas de Cuba en abril de 1895. Martí lo acompañó como delegado del PRC, siendo sustituido provisionalmente al frente del partido por Tomas Estrada Palma, radicado en New York. Este había ocupado el cargo de presidente de la República en Armas de marzo de 1876 hasta octubre de 1877. En los campos de Cuba se encontraron los principales jefes de la insurrección, quienes nombraron a Martí Jefe del Ejército, y, aun sin haberse realizado la reunión de civiles prevista, ya le nombraban "presidente". A la muerte en combate de Martí, el 19 de mayo de 1895, Estrada le sucedió como delegado del PRC. En septiembre de 1895 se realizó en la provincia de Camagüey la asamblea que elaboro la Constitución de Jimaguayú. Con ello se creaba el Gobierno de la Republica en Armas. Quedó constituido un órgano permanente, el Consejo de Gobierno. Estrada Palma fue nombrado agente diplomático en el exterior. En cumplimiento de lo acordado sobre la base de la Constitución de Jimaguayú, se celebró en octubre de 1897 la Asamblea Constituyente de La Yaya, que completó las disposiciones de este documento. Eligió Bartolomé Masó Márquez como presidente.

El 20 de abril de 1898, el Congreso US vota una proposición de las llamadas conjuntas o ejecutivas, concebida en los siguientes términos[1]:

Considerando que el aborrecible estado de cosas que ha existido en Cuba, durante los tres últimos años, en Isla tan próxima a nuestro territorio, ha herido el sentido moral del pueblo de los Estados Unidos, ha sido un desdoro para la civilización cristiana y ha llegado a su período crítico con la destrucción de un barco de guerra norteamericano y con la muerte de 266 de entre sus oficiales y tripulantes, cuando el buque visitaba amistosamente el puerto de la Habana; considerando que tal estado de cosas no puede ser tolerado por más tiempo, según manifestó ya el Presidente de los Estados Unidos, en Mensaje que envió el 11 de Abril al Congreso, invitando a éste a que adopte resoluciones,

El Senado y la Cámara de Representantes, reunidos en Congreso, acuerdan:

Primero. Que el pueblo de Cuba es y debe ser libre e independiente. Segundo. Que es deber de los Estados Unidos exigir, y por la presente su Gobierno exige, que el Gobierno español renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno en Cuba y retire sus fuerzas terrestres y navales, de las tierras y mares de la Isla. Tercero. Que se autoriza al Presidente de los Estados Unidos y se le encarga y ordena que utilice todas las fuerzas militares y navales de los Estados Unidos y llame al servicio activo las milicias de los Estados de la Unión, en el número que sea necesario para llevará efecto estos acuerdos. Y cuarto. Que los Estados Unidos, por la presente, niegan que tengan ninguna intención de ejercer jurisdicción, ni soberanía, ni de intervenir en el Gobierno de Cuba, si no es para la pacificación, y afirma su propósito de dejar el dominio y gobierno de la Isla al pueblo de ésta una vez realizada dicha pacificación.

El gobierno español considera esta resolución como una declaración de guerra. El 22 de abril comienza el bloqueo naval de la isla de parte de USA. El 23 España declara la guerra a USA, el 25 USA hace lo propio, pero con retroactividad al 22.

El general Ramón Blanco, Gobernador de Cuba, escribe al general rebelde Máximo Gómez y le propone un acuerdo para rechazar la invasión US. Los cubanos recibirían armas del ejército español y juntos lucharían contra las tropas US. Gómez rechaza la oferta en los términos siguientes[2]:

Señor: Me asombra su atrevimiento, al proponerme nuevamente términos de paz, cuando Ud. sabe que cubanos y españoles jamás pueden vivir en paz en el suelo de Cuba. Ud. representa en este Continente una Monarquía vieja y desacreditada y nosotros combatimos por un principio americano: el mismo de Bolívar y Washington. Ud. dice que pertenecemos a una misma raza y me invita a luchar contra un invasor extranjero; pero Ud. se equivoca otra vez, porque no hay diferencia de sangre ni de razas. Yo sólo creo en una raza: la Humanidad; y para mí no hay sino naciones buenas y males; España habiendo sido hasta aquí mala, y cumpliendo los Estados Unidos, hacia Cuba, un deber de humanidad y civilización, en estos momentos. Desde el atezado indio salvaje, hasta el más refinado rubio inglés, un hombre es para mí, digno de respeto, según su honradez y sentimientos, cualquiera sea la raza a que pertenezca o la religión que profese. Así son para mí las naciones, y hasta el presente sólo he tenido motivos de admiración hacia los Estados Unidos. He escrito al Presidente McKinley y al General Miles, dándoles las gracias por la intervención americana en Cuba. No veo el peligro de nuestro exterminio por los Estados Unidos, a que Ud. se refiere en su carta. Si así fuese: "la Historia los juzgará". Por el presente sólo tengo que repetirle que es muy tarde para una inteligencia entre su ejército y el mío. Su atento servidor, Máximo Gómez.

En Filipinas, el general Emilio Aguinaldo, que dio comienzo a la guerra de liberación en 1898, se rebeló contra la intervención US y luchó contra ella hasta que fue apresado. En esta guerra de liberación, más de medio millón de filipinos murieron entre 1898 y 1902.

La guerra entre USA y España es corta. Se resume a un ataque por tierra a los cuarteles de la ciudad de Santiago, batalla conocida como de las colinas de San Juan, y una batalla naval en la bahía de Santiago. La ciudad se rinde el 17 de julio, el 12 de agosto representantes españoles y US firman un protocolo para terminar las hostilidades. Como resultado es firmado el tratado de París el 10 de diciembre de 1898, sin la participación de representantes de Cuba, Filipinas ni Puerto Rico. España cede Puerto Rico a USA como indemnización por gastos de guerra, y les vende Filipinas por 20 millones de dólares, así que la isla de Guam.

En el texto del tratado de París no se hace referencia a la independencia de Cuba, solamente se trata de reemplazar España por USA como fuerza de ocupación[3]:

Artículo I. España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, los Estados Unidos mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que por el hecho de ocuparla, les impone el Derecho Internacional, para la protección de vidas y haciendas.

[...]

Artículo XVI. Queda entendido que cualquiera obligación aceptada en este tratado por los Estados Unidos con respecto a Cuba, está limitada al tiempo que dure su ocupación en esta isla, pero al terminar dicha ocupación, aconsejarán al Gobierno que se establezca en la isla que acepte las mismas obligaciones.

Después de la declaración de guerra en abril de 1898, había sido creada la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana como órgano para representar la Revolución y el Ejército Libertador de acuerdo con la Constitución de Jimaguayú. Comenzó sus sesiones de trabajo el 24 de octubre de 1898 en Santa Cruz del Sur, Camagüey, luego se trasladó sucesivamente a varios lugares. El 9 de noviembre Bartolomé Masó había declarado la disolución del gobierno de la Republica en Armas, entregando todos los poderes a la Asamblea de Representantes de la Revolución Cubana. Se planteó como objetivos principales: lograr que de alguna forma el gobierno US la reconociera como representante oficial del pueblo de Cuba; aclarar las verdaderas intenciones de USA con respecto a la Isla; precisar la duración del período de ocupación de las tropas US; resolver la situación económica de los combatientes del Ejército Libertador y las condiciones de su licenciamiento. En el proceso de trabajo, la asamblea decidió crear una Comisión Ejecutiva, para que se encargara del cumplimiento de los acuerdos que se adoptaran en la misma. La asamblea también analizó las contradicciones que habían surgido entre ella y el General en Jefe Máximo Gómez, las cuales concluyeron con el acuerdo de destituir a este de su cargo, el 11 de marzo de 1899. Este acuerdo provocó un gran rechazo en el pueblo y, particularmente, en los miembros del Ejército Libertador, que de manera unánime respaldaron a Gómez, lo que obligó a la asamblea a adoptar la decisión de autodesintegrarse el 4 de abril. Al dejar de existir la asamblea como tal, continuó funcionando la Comisión Ejecutiva, que se mantuvo trabajando hasta el 30 de junio.

El 21 de diciembre de 1898, el PRC decretó su disolución, considerando que con la capitulación de la corona española sobre sus derechos en Cuba concluían las razones de existencia de la organización. En tal decisión mucho tuvo que ver el sucesor en la jefatura del PRC, Tomás Estrada Palma.

El 13 de diciembre de 1898 el mayor general John R. Brooke ocupa el cargo de gobernador militar de Cuba, el 1 de enero de 1899 se efectúa el cambio de poderes en Cuba, de España a USA, y Brooke asume la función ejecutiva de la isla. En el orden militar se decreta el 6 de enero el llamado desarme general, que incluye la recogida de las armas que poseyeran los miembros del Ejército Libertador. El 20 de diciembre, Brooke resigna su cargo al mayor general Leonard Wood. Este, el 25 de julio 1900 dicta una Orden militar, por la que se decreta la realización de una elección general para delegados a una Asamblea Constituyente. El 5 de noviembre se procede a realizar la apertura de la Convención Constituyente. Wood les adelanta los propósitos que abriga el gobierno US[4]:

Cuando hayáis formulado las relaciones que, a vuestro juicio, deben existir entre Cuba y Estados Unidos, el gobierno de Estados Unidos adoptará sin duda alguna las medidas que conduzcan por su parte a un acuerdo final y autorizado entre los pueblos de ambos países, a fin de promover el fomento de sus intereses comunes.

La constitución de 1901

Con el objetivo de definir las relaciones políticas entre Cuba y USA, el 12 de febrero 1901 se designa una "comisión de relaciones" de la Asamblea constituyente. El 9 de febrero Elihu Root, secretario del departamento de la Guerra US, ya había transmitido a Wood un informe que fija claramente las exigencias del gobierno US. En el informe, estas exigencias son introducidas con la palabra[5]: "El pueblo de Cuba debe desear que en su ley fundamental se incorporen prescripciones que en substancia sean como sigue." El 15 de febrero Wood invita a los miembros de la comisión y les da a conocer el contenido de este documento. El 21 de febrero se firma el texto constitucional[6]. En su Artículo 2 dispone que "componen el territorio de la República la isla de Cuba, así como las islas y cayos adyacentes que con ella estaban bajo la soberanía de España hasta la ratificación del tratado de París de 10 de diciembre de 1898".

Al conocer la Convención Constituyente cubana las condiciones exigidas por el gobierno US, aprueba, el 27 de febrero 1901, una posición opuesta a la del Ejecutivo norteamericano. Al mismo tiempo el gobierno US, para llegar a sus fines, acuerda con el senador republicano de Connecticut, Orville H. Platt, la presentación de una enmienda al proyecto de Ley de Presupuesto del Ejército US. La enmienda se aprueba por el Senado US el 27 de febrero, por la Cámara de Representantes el 1 de marzo, y el presidente McKinley la sanciona al día siguiente, como anexo a la Ley concediendo créditos para el Ejército en el año fiscal que termina el 30 de junio 1902. Esta ley se refiere a Cuba en los términos siguientes[7]:

El Presidente por la presente, queda autorizado para dejar el Gobierno y control de dicha Isla a su pueblo, tan pronto como se haya establecido en esa Isla un Gobierno bajo una Constitución, en la cual, como parte de la misma, o en una ordenanza agregada a ella se definan las futuras relaciones entre Cuba y los Estados Unidos sustancialmente, como sigue.

Las obligaciones que el gobierno cubano debería aceptar son las siguientes[8]:

I. Que el Gobierno de Cuba nunca celebrará con ningún Poder o Poderes extranjeros ningún Tratado u otro convenio que pueda menoscabar o tienda a menoscabar la independencia de Cuba ni en manera alguna autorice o permita a ningún Poder o Poderes extranjeros, obtener por colonización o para propósitos militares o navales, o de otra manera, asiento en o control sobre ninguna porción de dicha Isla.

II. Que dicho Gobierno no asumirá o contraerá ninguna deuda pública para el pago de cuyos intereses y amortización definitiva después de cubiertos los gastos corrientes del Gobierno, resulten inadecuados los ingresos ordinarios.

III. Que el Gobierno de Cuba consiente que los Estados Unidos pueden ejercitar el derecho de intervenir para la conservación de la independencia cubana, el mantenimiento de un Gobierno adecuado para la protección de vidas, propiedad y libertad individual y para cumplir las obligaciones que, con respecto a Cuba, han sido impuestas a los Estados Unidos por el Tratado de París y que deben ahora ser asumidas y cumplidas por el Gobierno de Cuba.

IV. Que todos los actos realizados por los Estados Unidos en Cuba durante su ocupación militar, sean tenidos por válidos, ratificados y que todos los derechos legalmente adquiridos a virtud de ellos, sean 119 mantenidos y protegidos.

V. Que el Gobierno de Cuba ejecutará y en cuanto fuese necesario cumplirá los planes ya hechos y otros que mutuamente se convengan para el saneamiento de las poblaciones de la Isla, con el fin de evitar el desarrollo de enfermedades epidémicas e infecciosas, protegiendo así al pueblo y al comercio de Cuba, lo mismo que al comercio y al pueblo de los puertos del Sur de los Estados Unidos.

VI. Que la Isla de Pinos[9] será omitida de los límites de Cuba propuestos por la Constitución, dejándose para un futuro arreglo por Tratado la propiedad de la misma.

VII. Que para poner en condiciones a los Estados Unidos de mantener la independencia de Cuba y proteger al pueblo de la misma, así como para su propia defensa, el Gobierno de Cuba venderá o arrendará a los Estados Unidos las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el Presidente de los Estados Unidos.

VIII. Que para mayor seguridad en lo futuro, el Gobierno de Cuba insertará las anteriores disposiciones en un Tratado Permanente con los. Estados Unidos.

Algunos miembros de la Convención Constituyente mantienen la tesis de que no están facultados para acordar la enmienda solicitada por USA, ya que ello implica limitar la independencia y soberanía de la República de Cuba. Otros miembros de la Convención opinan que la Asamblea debe disolverse antes de acordar medidas que de tal manera ofenden la dignidad y soberanía del pueblo de Cuba. En la sesión del 7 de marzo se nombra una comisión para redactar una respuesta a Wood, correspondiendo la ponencia a Juan Gualberto Gómez. El 12 de marzo Wood dicta una nueva Orden militar, en la cual se declara que la Convención está facultada para acordar las medidas de cuya constitucionalidad se dudaba. Juan G. Gómez recomienda rechazar, entre otras, la cláusula relativa al arriendo de estaciones navales o carboneras. Pero la Convención suspende el debate y decide enviar a Washington otra comisión para gestionar las bases de un acuerdo. La comisión arriba a USA y Root la reciba el 25 y 26 de abril. La comisión da a conocer su informe en sesión secreta el 7 de mayo. Dentro de la comisión se manifiestan serias discrepancias. El 28 de mayo se somete a discusión una ponencia en la que se acepta la enmienda con algunas aclaraciones y recomendando la concertación de un tratado de reciprocidad comercial. Esta ponencia es aprobada por 15 votos contra 14; pero el gobierno US no admite tal solución. Un informe de Root fechada del 31 de mayo y que Wood comunica a la Convención, advierte esta en forma de ultimátum[10]:

Siendo ese [la Enmienda Platt] un estatuto acordado por el Poder Legislativa de los Estados Unidos, el Presidente está obligado a ejecutarlo y a ejecutarlo tal como es. No puede cambiarlo ni modificarlo, añadirle o quitarle. La acción ejecutiva que pide el estatuto es la retirada del ejército de Cuba, y el estatuto autoriza esta acción cuando, y solamente cuando, se haya establecido un Gobierno bajo una Constitución que contenga, ya en su cuerpo o en un apéndice, ciertas disposiciones terminantes, especificadas en el estatuto. El Presidente no está autorizado para actuar en modo alguno, según el estatuto, hasta que un Gobierno cubano se establezca bajo una Constitución. Cuando esto se haya hecho, será su deber examinar la Constitución y ver si en ella se han adoptado, en substancia, las demás disposiciones que se especifican en la Ley del Congreso. Si entonces él encuentra esas disposiciones en la Constitución, estará autorizado para retirar el Ejército; si no las encuentra allí, entonces no está autorizado para retirar el Ejército.

El 12 de junio, en otra sesión secreta de la Asamblea Constituyente, es sometida a votación la incorporación de la Enmienda Platt como apéndice a la Constitución de la República, aprobada el 21 de febrero: 16 delegados votan que sí y 11 votan en contra. Se ausentan de la sesión 4 delegados, absteniéndose de votar.

Wood describe lo que significaba para Cuba la Enmienda Platt, en una carta confidencial, fechada el 28 de octubre 1901, a Theodore Roosevelt[11]:

Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la anexión. Esto, sin embargo, requerirá algún tiempo y durante el período en que Cuba mantenga su propio gobierno, es muy de desear que tenga uno que conduzca a su progreso y a su mejoramiento. No puede hacer ciertos tratados sin nuestro consentimiento, ni pedir prestado más allá de ciertos límites y debe mantener las condiciones sanitarias que se le han preceptuado, por todo lo cual es bien evidente que está en lo absoluto en nuestras manos y creo que no hay un gobierno europeo que la considere por un momento otra cosa sino lo que es, una verdadera dependencia de Estados Unidos, y como tal es acreedora de nuestra consideración. [...] Con el control que sin duda pronto se convertirá en posesión, en breve prácticamente controlaremos el comercio de azúcar en el mundo. La isla se americanizará gradualmente y, a su debido tiempo, contaremos con una de las más ricas y deseables posesiones que haya en el mundo.

El 31 de diciembre 1901, en voto popular y secreto, Tomás Estrada Palma (cf. la sección precedente sobre la lucha contra la ocupación española) es electo Presidente de la República de Cuba. El 20 de mayo 1902, USA pone fin a la ocupación militar, la bandera cubana reemplaza la bandera US, y Estrada Palma asume la presidencia de la República de Cuba.

En 1925, la isla de Pinos pasa a ser propiedad de Cuba tras los tratados Hay‑Quesada, que rectifican ese artículo de la Enmienda Platt. La enmienda es derogada en la constitución cubana de 1934 [12], quedando vigente el artículo séptimo, referente a las posesiones norteamericanas en suelo cubano, dejándose la base naval de Guantánamo en posesión de los EEUU.

Cuba - Referencias

Colombia

Apuntes respecto al PSR

PSR

El primer impulso de acercamiento del movimiento revolucionario colombiano con la Internacional Comunista lo dio el grupo reunido en 1923 en Bogotá alrededor de Silvestre Savitsky[13], integrado por personalidades como Moisés Prieto, Gabriel Turbay, Diego Mejía, Luis Vidales, José Mar, Alejandro Vallejo, Alberto Lleras Camargo, Luis Tejada. El 6 de marzo 1924 el grupo proclamó la creación del Comité Organizador del Partido Comunista de Colombia.

El 1° de mayo 1924 se celebró el Congreso Nacional Obrero. La junta organizadora del Congreso estaba constituida por los sectores liberales, gobiernistas, los socialistas moderados y la corriente socialista independiente. A la sesión de inauguración asistieron el Presidente de la República y el Ministro de la Industria. Los elementos liberales que lo presidían manifestaban un claro rechazo al socialismo y lograron aislar a los representantes socialistas:

El mismo día se celebró la Conferencia Socialista Nacional que reunió a un pequeño partido socialista fundado cinco años atrás, más un llamado Grupo comunista (cf. más abajo). A este evento asistieron Ignacio Torres Giraldo, María Cano, Raúl Eduardo Mahecha, Tomas Uribe Márquez, entre otros, y los jóvenes comunistas estaban representados entre otros por Luis Tejada. Tejada proponía que: "El actual Congreso Socialista de Colombia declara roto todo vínculo con los tres Congresos socialistas anteriores, tomando el nombre del Primer Congreso Comunista de Colombia, adhiriéndose a la tercera internacional de Moscú adoptando los veintiún puntos de Lenin". Por acuerdo del congreso se sugiere que para una nueva reunión se consideren la elaboración de los programas: el socialista y el comunista para la discusión del movimiento.

Respecto al acto de creación del Partido comunista hay versiones diferentes. Sea que el 1 de mayo 1924 el citado Comité Organizador del Partido Comunista de Colombia declaró la fundación del PCC y el 28 de mayo en una asamblea general de sus miembros se aprobó el Programa y los Estatutos del partido "elaborados de acuerdo con las ideas, las táctica y las condiciones de organización recomendadas por los congresos de la Tercera Internacional". O sea que la creación del partido se vinculó al Primer Congreso Obrero, donde un grupo de jóvenes intelectuales simpatizantes de la Revolución Rusa logró controlar el evento, enseguida el 5 de mayo hicieron aprobar una declaración en la que rompían cualquier vínculo con los tres congresos socialistas anteriores, dieron al evento el nombre de "Primer Congreso Comunista de Colombia" y se adhirieron a la Internacional comunista, adoptando los 21 puntos que ella exigía para admitir un partido.

Aproximadamente en 1928 fue publicado otro Programa del Partido Comunista Colombiano, a iniciativa de la disidencia del PSR constituida por Erasmo Valencia y Juan de Dios Romero.

El 21 de noviembre 1926 se abrió en Bogotá el 3° Congreso obrero, con la presidencia de Ignacio Torres Giraldo y la segunda vicepresidencia de Raúl Eduardo Mahecha Caicedo. En este congreso se lleva a cabo la ruptura total y definitiva entre marxistas y anarcosindicalistas, debido a que los marxistas consiguen imponer la creación del Partido Socialista Revolucionario, PSR.

Cuando los marxistas presentan el proyecto fundacional de este partido, los anarquistas del Grupo Antorcha Libertaria, encabezados por Carlos F. León y Luis A. Rozo y otros sectores simpatizantes del anarquismo, como el liderado por Juan de Dios Romero, se oponen tajantemente a dicha iniciativa. Romero y Erasmo Valencia anunciaron su propósito de retirarse de los debates en los cuales se deliberaba sobre la conformación del partido "porque consideran que todo partido político viene a ser perjudicial a la acción económica del sindicalismo y a los principios de la noción de clases que necesita la reivindicación del proletariado colombiano".

Grupo de Barranquilla

En 1928 en Barranquilla se hallan Alberto Castrillón y Jaime Nevárez. El 15 de septiembre 1928 el grupo organizado alrededor de ellos publica una declaración proclamando su grupo como partido comunista ilegal. Consideraban que el PSR debería "ser organizado sobre la base del antiimperialismo y el programa nacional-socialista con el fin de atraer a la pequeña burguesía, a los intelectuales y estudiantes y dirigirlo por conducto de las fracciones comunistas", mientras que el PC de Colombia tendría que ser predominantemente proletario y contar con "los revolucionarios marxistas experimentados" Este grupo creó una estructura del partido paralelo formándose las comisiones que se ocupaban del trabajo sindical y antiimperialista, preparando la constitución de una liga campesina similar a la mexicana y de la sección del SRI. La comisión política encabezada por Nevárez escribió las tesis y el programa del partido planeando presentarlo a Moscú para su aprobación. Cabe anotar que prácticamente Nevárez y Castrillón querían conservar el PSR durante un largo tiempo como un cobijo legal de la actividad comunista y con una base más amplia, mientras hubieran sido creadas las estructuras ilegales del partido comunista de composición netamente proletaria.

Centro Comunista

Juan de Dios Romero Guarín. Fundó en Bogotá, el 10 de febrero 1920, el periódico El Socialista, manteniendo su redacción durante quince años. Un año antes había sido el redactor de El Socialismo, que dirigió Carlos O. Bello, órgano del Partido Obrero Socialista Colombiano. El 7 de agosto 1919 participó en el 1° Congreso Socialista que se organizó en Bogotá. Fue el organizador de una decena de sindicatos bogotanos durante la década de 1920, y el 10 de agosto 1935 de la Confederación de Trabajadores Colombianos.

Erasmo Valencia, un caldense que incursionó en la política nacional como miembro del Partido Socialista (1919‑1921). Fue fundador y editor del semanario Claridad (1927-1937), creador del Partido Agrario Nacional (PAN) en 1928. También dirigió desde 1924 un amplio movimiento de colonos y arrendatarios para que los terrenos baldíos detentados por los latifundistas de Sumapaz y Oriente del Tolima fueran recuperados por el Estado y adjudicados a los labriegos.

Hacia 1928 Juan de Dios Romero fundó con Erasmo Valencia el Centro Comunista. También adoptó el nombre de Partido Comunista de Colombia. Durante el periodo de la preparación del 6° Congreso de la IC exigía reconocerle como socio de la IC igual que con el PSR. Intentó establecer su control sobre el movimiento obrero organizando, en diciembre de 1928, su propio Congreso Nacional Obrero (paralelamente al 5° Congreso Nacional Obrero).

La falta de voluntad de parte del PSR y del grupo de Barranquilla de colaborar con el Centro Comunista influyó de manera decisiva en la IC y al SSA de la IC que calificaron a los socios de Romero de provocadores que desempeñaban en Colombia un papel semejante al de los "chispistas" argentinos. Sin duda alguna, los contactos antes establecidos contribuyeron también a tal estimación; aunque estos lazos no eran regulares, el PSR logró tenerlos antes que los dirigentes del Centro Comunista.

Baldomero Sanín Cano, Armando Solano

Desde la aparición del Partido Socialista en 1919 los liberales ya no podían ver este fenómeno como algo exótico.

Baldomero Sanín Cano fue una de las personalidades centrales que profesó de manera abierta sus simpatías hacia el socialismo. Si bien en ningún momento se inclinó por la participación política activa en ninguna de las agrupaciones socialistas, sí manifestó su apoyo en varias ocasiones.

La cercanía de Sanín Cano con las actividades de los socialistas revolucionarios se hizo más frecuente en la segunda mitad de la década del veinte. En 1927 participó en la conmemoración del X aniversario de la revolución rusa. Es precisamente Baldomero Sanín Cano uno de los pocos colombianos que establece una relación directa con una de las principales figuras del marxismo latinoamericano como José Carlos Mariátegui. A pocos meses de la muerte de Mariátegui en 1929 se venía preparando desde Buenos Aires, a iniciativa de Samuel Glusberg, la instalación de Mariátegui en esta ciudad y con su participación la creación de una revista cultural y política latinoamericana bajo el nombre de Nuestra América. En el comité de redacción previsto para la futura revista figuraba Baldomero Sanín Cano.

Armando Solano, miembro de la generación del centenario, quien desde muy temprano discutió sobre la relación entre socialismo y liberalismo en varios artículos. En algunas de sus primeras intervenciones consideraba el carácter renovador del socialismo, pero asumía que sus propuestas podían ser consideradas por el liberalismo.

A medida que se extendía el movimiento obrero y las simpatías hacia el PSR crecían, el liberalismo ya no figuraba como un elemento de atracción para los jóvenes. A mediados de 1928 se presenta un fenómeno de radicalización de algunos sectores que habían mantenido cierta fidelidad al liberalismo: en marzo un grupo de jóvenes universitarios firma un manifestó de unidad alrededor del PSR. El 19 de abril Armado Solano envió una carta al directorio Nacional del Partido Liberal en la que anunciaba su ingreso al PSR. Como argumentos centrales de su nueva adhesión consideraba que "el socialismo procura hoy la realización de la tesis y de los anhelos que el liberalismo encarnaba y defendió en los campos de la polémica y de la muerte". De otro lado, señalaba que los partidos moderados o intermedios tienden a desaparecer. Los argumentos doctrinarios que definen la unión de Solano al PSR se enmarcan en una visión que por un lado, considera una noción particular de socialismo "Entiendo el socialismo como una doctrina económica y evolutiva, cuya principal razón de ser es la condenación de la violencia en todas sus formas, sea en la de la rebelión colectiva o en la del atentado personal". Y por otro, plantea las prácticas del PSR como las únicas que en este contexto pueden oponerse al partido conservador y encarnar una lucha nacionalista en "defensa de las riquezas nacionales amenazadas por el monopolio imperialista".

Otros jóvenes de tradición liberal en un proceso de radicalización también asumen posturas más decididas frente al socialismo. Luego de pasar por la dirección de la revista Los Nuevos, Felipe Lleras ingresa al PSR sin renunciar en absoluto a sus vínculos con el liberalismo. En 1927 Lleras crea el diario Ruy Blas que se constituye en vocero delas posturas nacionalistas del liberalismo radical. Los puentes de liberalismo y socialismo van mucho más allá de estas adhesiones. En medio del ambiente de la "Ley Heroica" (cf. más abajo) se constituye un comité de Acción integrado por socialistas y liberales con inclinaciones socialistas. La creación de este comité, según lo señalaban las directivas del PSR, buscaba unir en una especie de frente único a todas las fuerzas económicas y políticas "que se sientan amenazadas con la expedición de la ley liberticida". Liberales y socialistas firmaron un Manifiesto de acción y adelantaron algunas protestas contra las medidas del gobierno conservador. Como firmantes del comité figuraban por la dirección liberal el general Leandro Cubero Niño, por el PSR Moisés Prieto y Ramón Bernal, por la prensa liberal Luis Cano y Enrique Santos, por los representantes en el senado y cámara Domingo Irurita y Gabriel Turbay, por las directivas obreras Felipe Lleras y Tomas Uribe Márquez y por los estudiantes Efraín Vásquez. Esta alianza entre liberales y socialistas fue rechazada por el Centro Comunista de Erasmo Valencia y Juan de Dios Romero.

Cuberos Nino

La estrategia insurreccional fue echada a andar por los líderes del PSR desde mediados de 1927 mediante acciones aisladas de algunos líderes, pero se hizo una política colectiva en la Asamblea Plenaria nacional realizada en Bogotá en julio de 1928. A ella se consagró, sobre todo, Tomás Uribe Márquez, quien tres años atrás, cuando intentaba formar un partido comunista clandestino, había expresado que los ''verdaderos revolucionarios'' eran los ''afiliados y conspirativos'', quienes ''escudados en una disciplina de bronce'' construirían una ''república espartana''. Creado el PSR, Uribe Márquez persistió en esas ideas, las cuales logró expandir y afianzar, como dirigente connotado que fue de esa organización. Pero si Uribe Márquez fue el más consagrado a las labores conspirativas, él no estuvo solo, pues los demás líderes socialistas no solo aprobaron colectivamente la estrategia insurreccional sino que participaron activamente en ella. En los planes para tomarse el poder, los principales líderes socialistas formaban, junto con algunos generales liberales, una red que asumiría el liderazgo de la insurrección en el momento convenido. Para el efecto el país fue dividido en cinco zonas, al frente de cada una de las cuales habría unos ''hombres claves''. En la primera zona (centro del país), estaría Tomás Uribe Márquez; en la segunda (Santander), el General Leandro Cuberos Niño; en la tercera (occidente), Ignacio Torres Giraldo; en la cuarta (Antioquia), los generales Ramón Demetrio Morán y Horacio Trujillo; en la quinta (Costa Atlántica), Raúl Eduardo Mahecha. Junto a esos ''hombres claves'' había todo un conjunto de ''hombres de confianza'' encargados de ayudar en las labores logísticas.

Huelga bananera de 1928

Desde un principio los representantes del PSR en la zona bananera, I. Torres Giralda y María Cano, junto con los líderes de la Unión Sindical de los Trabajadores del Magdalena (Raúl Mahecha, Alberto Castrillón y otros) planeaban la transformación de las luchas económicas en lucha política con carácter eminentemente antiimperialista. El objeto estratégico era destruir la influencia de los monopolios norteamericanos en el país y derrocar al gobierno: los huelguistas pensaban en establecer su control en tres departamentos y desde aquellas regiones preparar un ataque hacia Bogotá.

Ley Heroica

A mediados de 1927, el ministro de Guerra, Ignacio Rengifo, un intelectual que antes se había declarado "revolucionario", expresó: "Al amparo del ambiente de amplia libertad que se respira en el territorio colombiano no pocos nacionales y extranjeros por su propia cuenta, o en calidad de agentes asalariados del gobierno soviético, hacen por doquier activa y constante propaganda comunista." Rengifo fue el principal inspirador de la Ley de Defensa Social, ley 69, apodada "Ley heroica" por sus promotores, promulgada en octubre de 1928 por el Presidente de la República, Miguel Abadía Méndez.. La Ley inscribía como "subversiva" la acción reivindicativa, política y social de los sindicatos y organizaciones populares nacientes. Vedaba que los sindicatos atacaran el derecho de propiedad privada o desconocieran su legitimidad, les prohibía fomentar la lucha de clases y les desconocía el derecho de promover huelgas. La divulgación de escritos, carteles y publicaciones que respaldaron los actos declarados ilicititos por la ley 69, sería sancionada con severidad. En adelante los obreros se convertían en objeto de aguda vigilancia policial.

Misión Kemerer

El presidente Carlos E. Restrepo contrató en agosto de 1913 los servicios de la casa Dreyfus y Cia. de París para crear en Colombia un banco de emisión que llevaría el nombre de Banco de la República. A la postre la enorme presión de los bancos y de los grandes usureros nacionales obligó al gobierno a rescindir los contratos con la Casa Dreyfus y se archivó la creación del Banco de la República a comienzos de 1914.

En cumplimiento de lo ordenado por el congreso de 1922, el gobierno de Pedro Nel Ospina nombró Ministro Plenipotenciario de Colombia en Washington a Enrique Olaya Herrera, con el encargo de contratar una misión de técnicos financieros que iniciara sus trabajos, de ser posible, a principios de 1923. Olaya Herrera estableció contacto con el profesor Edwin Walker Kemmerer, le propuso encabezar la misión e integrarla a su criterio con otros cuatro profesores. Kemmerer sugirió a los expertos H. M. Jefferson, Fred Rogers Fairchaild, Thomas Russell Lill y Frederick Bliss Luquiens. Este quinteto de técnicos norteamericanos en finanzas y administración pública conformó la misión financiera conocida como Misión Kemmerer, por ser Kemmerer su jefe.

Colombia - Referencias

Chile

Presidentes

Carlos Ibáñez del Campo

Fue Presidente de la República de Chile en 1927-1931 y en 1952-1958.

Sindicatos

Federación Obrera de Chile (FOCH)

Al comenzar el siglo XX los trabajadores chilenos no tenían ningún tipo de legislación social o laboral que los favoreciera o les brindara protección. Fueron ellos mismos, a través de las mutuales, las sociedades de resistencia y las mancomunales, quienes se organizaron para proteger a sus asociados y fomentar la solidaridad proletaria.

La Federación Obrera de Chile (FOCH) comenzó como una agrupación de obreros de ferrocarriles con una orientación mutualista ligada al Partido Demócrata. A mediados de la década de 1910, comenzaron a integrarse los trabajadores de salitre y adquirió un carácter nacional. Asimismo, el Partido Demócrata perdió influencia al imponerse en la organización las ideas revolucionarias del Partido Obrero Socialista liderado por Luis Emilio Recabarren, convertido después en el Partido Comunista, asumiendo la Federación una actitud anticapitalista y revolucionaria que se manifestó con fuerza en las movilizaciones sociales que caracterizaron la década de 1920.

Sin embargo, la promulgación de las leyes sociales y el Código del Trabajo, entre 1925 y 1931, cambió radicalmente la conformación del movimiento obrero y las organizaciones de trabajadores. A partir de entonces los sindicatos y sus federaciones se debatieron entre asumir la nueva legislación y someterse a sus reglas, como fue el caso de los obreros y empleados del sector estatal y las grandes empresas, o continuar con el discurso clasista y revolucionario. La dirección del movimiento obrero que adhirió esta última línea, se dividió entre tres grandes organizaciones: la FOCH ligada al Partido Comunista, la CGT (Confederación Nacional de Trabajadores), de inspiración anarquista, y la CNS (Confederación Nacional de Sindicatos), de origen socialista.

Chile - Referencias

Gran Bretaña

Conferencias imperiales

Las Conferencias imperiales (denominadas Conferencias coloniales antes de 1917) son reuniones periódicas de dirigentes gubernamentales de las colonias con estatuto de autonomía y de los dominios, los cuales juntos forman el imperio británico (desde 1926, denominado el Commonwealth británico de naciones).

La Conferencia imperial económica de 1923 recomendó el establecimiento de un grupo encargado de elaborar recomendaciones con el objetivo de desarrollar la consumación de productos alimentarios provenientes de las colonias y los dominios. En 1925 se creó el Comité económico imperial (Imperial Economic Committee, IEC). El trabajo del IEC condujo a la creación del Consejo de comercialización por el Imperio (Empire Marketing Board) en 1926. La conferencia imperial del mismo año amplió las atribuciones del IEC para incluir no solamente alimentos pero también materias primas y cuestiones generales de comercio en el marco del imperio.

En la conferencia de 1930, se discutía la instauración de un sistema de preferencia imperial basado en barreras arancelarias aplicadas por el conjunto del imperio respecto al resto del mundo. La conferencia de 1932 llegó efectivamente a la adopción de una serie de acuerdos bilaterales fijando tarifas reducidas en el interior del imperio y tarifas altas respecto al resto del mundo. USA eran hostiles a estas medidas. Así, en 1935, a consecuencia de un cambio de gobierno en Canadá, la presión ejercida por parte de USA hice efecto; Canadá renunció al principio de preferencia imperial.

Gran Bretaña - Referencias

México

Luís N. Morones

CROM

A convocatoria del presidente Carranza, se crea la Confederación Regional Obrera Mexicana CROM en Saltillo, Coahuila, el 1 de mayo de 1918. Luís N. Morones preside la asamblea constituyente de la Confederación Regional Obrera Mexicana CROM, con la participación de 115 delegados procedentes de 18 entidades federativas que representan a siete mil trabajadores metalúrgicos, electricistas, textiles, ferrocarrileros, tranviarios, mineros, artesanos y jornaleros agrícolas. Su lema es “Salud y Revolución Social”. Morones es elegido, por 85 votos contra 6, secretario general de la nueva Confederación que nace dominada por el Grupo Acción, organismo de carácter político, creado también por Morones este mismo año, al que pertenecen Ezequiel Salcedo, Celestino Gasca, Ricardo Treviño, José M. Tristán, Juan Rico, Eduardo Modena y Fernando Rodarte. En su declaración de principios, se reconoce la existencia de dos clases sociales y el derecho de los explotados a luchar contra los explotadores para procurarse un mejoramiento económico y moral, mediante la organización de sindicatos, federaciones y confederaciones. Adopta como táctica la "acción múltiple", a diferencia de la "acción directa" de los anarquistas. Su nombre de "Mexicana", pretende resaltar su propósito de "estudiar y resolver todos aquellos problemas que afectan a México como nación", así como su no afiliación a la III Internacional; pero los grupos anarquistas y socialistas que también participan en la nueva organización, logran añadirle la palabra "Regional", para vincular a la nueva organización con la lucha de los proletarios de todo el mundo. Por su parte, la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal, adherida a la CROM, señala que "no se trata de destruir el capital; se trata de consolidar el trabajo y el capital, armónicamente". [...] en febrero de 1920, la CROM tomará la iniciativa de fundar el Partido Laborista Mexicano PLM, estructurado principalmente por los sindicatos pertenecientes a la CROM y otros sindicatos simpatizantes de la política del presidente Obregón, quien ya como presidente cumplirá los compromisos contraídos con la CROM.

Partido Laborista Mexicano

El 29 de diciembre 1919 es fundado el Partido Laborista Mexicano (otrora Partido Socialista Obrero) bajo los auspicios de la CROM y el liderazgo de Luis N. Morones. Ante el fracaso del PSO, que prácticamente había dejado de funcionar en 1918, la CROM decidió en su 2° Congreso, en mayo de 1919, constituir un partido político de los trabajadores. Intentando lo anterior, los cromistas acudieron al Congreso Nacional Socialista en septiembre, pero sin llegar a acuerdos con los otros grupos presentes, el de Lynn A. Gale y el de los comunistas. Por ello abandonaron ese esfuerzo para crear su propia organización en diciembre. Se declara que el partido es el instrumento político de la clase obrera. Su programa postula el respeto a los derechos de los obreros, el impulso a la educación, la mejoría de la clase media, el crédito a los campesinos, la protección a los artesanos y el mejoramiento de la vivienda, la alimentación y la seguridad social. Como principio táctico se pronuncia por la cooperación con los gobiernos revolucionarios, además de hacer una diferenciación entre la acción sindical y la acción política de los trabajadores, atribuyendo para atender a la primera las organizaciones sindicales, y para la segunda el partido político de clase. Así, Morones y sus seguidores podrán atender ambos flancos con sus organizaciones: la CROM, primero, y el PLM, segundo. El PLM será, principalmente, el apéndice político de la CROM y de la burocracia que maneja ambas organizaciones, encabezada por Luis N. Morones. De hecho, el partido es integrado con los miembros de la central obrera, quienes pasan automáticamente a pertenecer a aquel. El PLM postulará a Álvaro Obregón como su candidato a la presidencia de la República en 1920. Merced a un pacto secreto que los líderes cromista-pelemistas firmarán con el caudillo, alcanzarán varias prebendas, como varios cargos públicos.

Al llegar la sucesión presidencial de 1928, Morones se opondrá a los deseos reeleccionistas de Obregón, por lo que se enfrascará en un conflicto que conducirá a su decadencia y la de sus organizaciones sindical y partidista. Al suscitarse el asesinato del caudillo, se acusará inmediatamente a Morones, quien se verá obligado a renunciar a su cargo en el gobierno callista, quedando seriamente confrontado con el presidente Emilio Portes Gil. Ya sin el apoyo gubernamental, Morones y sus organizaciones entrarán en franca decadencia. Ni siquiera se unirán al Partido Nacional Revolucionario. Una de sus últimas acciones será postular en 1933 como su candidato presidencial a Lázaro Cárdenas. Para entonces el partido tendrá ya muy poca fuerza, la que acabará de perder durante el conflicto Calles-Cárdenas, en el que Morones resultará expulsado del país junto con el “Jefe Máximo”.

Presidentes, gobernadores

Álvaro Obregón Salido

Álvaro Obregón se convirtió en presidente constitucional de México el 1 de diciembre 1920. Una vez en la presidencia, Obregón dio un decidido impulso a la reforma agraria expropiando latifundios y tierras mal cultivadas que repartió entre los campesinos en pequeñas propiedades; apoyó y subvencionó las organizaciones obreras como la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y la Confederación General de Trabajadores (CGT).

Elías Calles Campuzano Plutarco

Su nombre real fue Francisco Plutarco Elías Campuzano. Nació en Guaymas, Sonora, el 25 de septiembre de 1877; fue secretario de gobernación durante el gobierno de Álvaro Obregón. Fue presidente de México del 1 de diciembre 1924 al 30 de noviembre 1928.

Respaldó al movimiento obrero mediante la Confederación Regional Obrera Mexicana y el Partido Laborista.

Sixto Adalberto Tejeda Olivares

En marzo de 1917 fue designado senador al Congreso de la Unión y obtuvo poco después la gubernatura de Veracruz en dos ocasiones: el primer periodo, del 1 de diciembre 1920 al 30 de noviembre 1924; y el segundo, del 1 de diciembre 1928 al 30 de noviembre 1932.

Compañías petroleras US en México

En México, en las elecciones de 1910 se hizo elegir a Porfirio Díaz, por sétima vez. Poco después Madero lanzó el plan de San Luís de Potosí y llamaba al pueblo a una rebelión nacional. El pueblo, apoyando este llamado, se levantó en varios puntos del país, el 20 de noviembre 1910. Díaz se resignó a dimitir el mando, el 25 de mayo 1911, firmando un pacto con Madero, quien asumió la presidencia. En 1913, su Ministro de Guerra, Victoriano Huerta, lo hizo asesinar para sucederle. Venustiano Carranza que había sido aliado de Madero desde 1908, desarrolló el Plan de Guadalupe que no reconoció a Victoriano Huerta como presidente y formó el Ejército Constitucionalista. En 1914, Huerta renunció a la presidencia. Carranza convocó a una Convención Nacional que inicialmente se reunió el 1 de octubre 1914. La convención nombró al General Eulalio Gutiérrez como presidente interino pero Carranza desaprobó e instaló su propio gobierno en Veracruz. Convocó el Congreso Constituyente que se celebró en la ciudad de Querétaro entre diciembre de 1916 y enero de 1917. La Constitución fue promulgada el 5 de febrero 1917.

El párrafo cuarto del artículo 27 de la Constitución establece la separación de la propiedad del suelo de la del subsuelo, y atribuye a la nación el dominio sobre este último. El petróleo queda sujeto al mismo régimen de las minas; se consagra a favor de la nación el dominio inalienable e imprescriptible sobre los hidrocarburos, y queda abolido el sistema de los privilegios absolutos respecto a los yacimientos. La asamblea constituyente de Querétaro nulificó completamente los derechos de propiedad que hasta ese momento habían detentado los particulares sobre los hidrocarburos del subsuelo, facultando al Ejecutivo para revisar y declarar nulas, si así lo requería el interés público, todas las concesiones y contratos petroleros celebrados a partir de 1876.

Los principios de la Constitución de 1917 fueron atacados desde el inicio por los intereses de las grandes compañías petroleras. Además del uso de presiones diplomáticas, amenazas de invasión militar y diversos chantajes, las empresas acudieron a las vías jurídicas para invalidar las normas constitucionales. Jurídicamente impidieron que se aprobara una ley reglamentaria del artículo 27 constitucional como quería Carranza, y mediante juicios de amparo insistieron en el carácter no retroactivo de la norma constitucional para que no se afectara a los propietarios del suelo que pretendían seguir siendo los propietarios también del subsuelo. Carranza no pudo lograr la aprobación de la ley reglamentaria y en 1918 mediante distintos decretos, intentó aplicar los principios constitucionales. La presión US frustró llevar a la práctica las nuevas disposiciones. Las relaciones México-USA, durante esos años, estuvieron enmarcadas en el conflicto derivado de los intentos del gobierno mexicano por aplicar los principios del párrafo cuarto del artículo 27 de la Constitución.

El Departamento de Estado de USA apoyó en esa época a las compañías petroleras y su estrategia consistió en la oposición sistemática a cualquier medida que adoptara el gobierno mexicano para hacer cumplir el párrafo cuarto del artículo 27 constitucional. Por esos años, las compañías petroleras extranjeras auspiciaban el desmembramiento de nuestro territorio y la creación de una República independiente integrada por los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y el norte de Veracruz.

En 1923 fructificó la iniciativa de James Ryan, representante de la Texas Oil Company en México, consistente en proponer a los presidentes de las dos naciones que nombraran cada uno dos comisionados para encontrar la solución a los problemas entre ambos países. Esas conversaciones duraron cinco meses y se llevaron a cabo en México en una casa de la calle Bucareli, de ahí el nombre de los acuerdos. Punto importante de esas negociaciones residió en determinar la naturaleza de los derechos de propiedad de las compañías extranjeras sobre el petróleo. La conclusión fue que el artículo 27 constitucional no tendría carácter retroactivo, pero se exigió que los propietarios de terrenos petroleros adquiridos antes de 1917, debían cambiar sus títulos de propiedad por otros llamados "concesiones confirmatorias" y mostrar pruebas fehacientes de haber efectuado un "acto positivo" en esos terrenos antes de la entrada en vigor de la nueva Constitución, pues de lo contrario no tendrían derechos absolutos sobre los yacimientos sino sólo derechos preferenciales a pedir concesiones en los términos de una nueva ley que sería aprobada. El 31 de agosto 1923, los gobiernos de México y USA reanudaron relaciones diplomáticas; sin embargo, las compañías petroleras no estuvieron de acuerdo con las ambigüedades jurídicas ‑ actos positivos y concesiones confirmatorias ‑ de los acuerdos de Bucareli. En los siguientes meses, no obstante, obtendrían más reducciones impositivas.

Calles no quiso aceptar el Tratado de Amistad y Comercio que proponían USA. Al inicio de su gobierno conformó una comisión para que elaborara un proyecto de ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo. Dicha ley tenía por propósito confirmar los derechos adquiridos por quienes hubieran realizado un acto positivo antes de 1917 y sólo por cincuenta años, no a perpetuidad. En cuanto a los terrenos petroleros donde los propietarios o arrendatarios no pudieran demostrar actos positivos antes del 1 de mayo 1917, debían sujetarse a lo previsto en el artículo 27 constitucional. USA no aceptaron la ley por considerarla retroactiva y confiscatoria. La primera ley reglamentaria del artículo 27 constitucional en el ramo del petróleo fue publicada el 31 de diciembre 1925. La ley precisaba que correspondía a la nación el dominio inalienable e imprescriptible de toda mezcla natural de carburos de hidrógeno situada en su yacimiento, cualquiera que fuera su estado físico; además, consideró de utilidad pública a la industria, incluyendo en ella el descubrimiento, la captación, la conducción por oleoductos y la refinación del petróleo. Además la ley establecía, en consonancia con la Constitución, la cláusula Calvo, que obliga a los extranjeros a renunciar a la protección de sus gobiernos en caso de cualquier controversia jurídica sobre derechos o bienes en México. También la ley contemplaba la prohibición a los extranjeros para adquirir propiedades en las zonas fronterizas y en las costas. Las compañías petroleras estaban obligadas a denunciar ante el gobierno los terrenos con yacimientos o posibilidades de su existencia para efectos de otorgamiento de concesiones.

El gobierno del presidente Coolidge decidió no usar la violencia contra México y, como primer paso para una negociación con México, se reemplazó al embajador Sheffield, que insistía en el empleo de la fuerza, por un embajador de talante comprensivo, Dwight Morrow. La solución que propuso el nuevo embajador a Calles se realizó y consistió en que la Suprema Corte dictara una resolución que declarara anticonstitucionales los artículos de la ley en disputa. El 17 de noviembre 1927, la Corte en su fallo determinó: que los derechos de las compañías sobre el subsuelo no eran simples expectativas sino derechos adquiridos; que la fijación de un límite de cincuenta años a las concesiones confirmatorias tenía carácter retroactivo; que la negativa de las compañías a pedir la confirmación de sus derechos no había revestido un carácter ilegal y por tanto no habían incurrido en sanción alguna, y que era necesario que las compañías obtuvieran de la Secretaría de Industria, la confirmación de sus derechos de propiedad.

Después del fallo de la Corte (subordinada totalmente al Ejecutivo), Calles salva la cara, y propone en diciembre de 1927 al Congreso de la Unión la reforma, entre otros, a los artículos 14 y 15 de la ley. La reforma a esos preceptos que entraron en vigor el 3 de enero 1928, contempló la confirmación de los derechos adquiridos antes del 1 de mayo 1917 y estableció procedimientos más simples para demostrar los actos positivos. Igualmente se anuló el alcance de la cláusula Calvo. El gobierno estadounidense quedó satisfecho con el resultado alcanzado pero no así las empresas petroleras. Para las compañías, la única vía para eliminar cualquier vestigio de retroactividad entrañaba derogar el concepto de acto positivo e implicaba también la eliminación del requisito que pedía el cambio de los títulos originales por concesiones. El resultado de las negociaciones Calles-Morrow significó un retorno a lo acordado en Bucareli pero en forma de ley.

México - Referencias

Paraguay

PCP

El 19 de febrero 1928, se fundó (o refundó) oficialmente el PCP, con Lucas Ibarrola como secretario general.

Perú

Presidentes

Nicolás de Piérola Villena

Nicolás de Piérola Villena (1839‑1913), fue Presidente de la República entre 1879‑1881 y 1895‑1899

Viajó a Francia y, a su regreso, inició en octubre de 1874, desde el puerto chileno de Quinteros a bordo del “Talismán”, una revolución contra el gobierno de Manuel Pardo. Nombrado jefe supremo provisorio, desembarcó primero en Pacasmayo y luego en Ilo para hacer su entrada por Moquegua pero, sin embargo, fue derrotado definitivamente en Arequipa. Buscó refugio en Bolivia para luego trasladarse a Chile y emprender otra insurrección. Sus partidarios capturaron el “Huáscar” y abordaron a Piérda en Cobija; desafiaron la conminación del almirante inglés A.M. Horsey y frente a Pacocha derrotaron a las fragatas “Shah” y “Amethyst”. Piérola no dejó de expresar su protesta contra la injerencia inglesa en los asuntos del Perú y acordó en Iquique una honrosa capitulación (31 de mayo de 1877).

Conducido al Callao, emprendió viaje a Europa, pasando previamente por Valparaíso. Regresó a Chile en marzo de 1879 cuando el problema con Bolivia llegaba a su punto más álgido y, fracasada la mediación peruana, retornó al país con el diplomático José Antonio de Lavalle. Lejos de colaborar con el gobierno de entonces, hizo oposición a Mariano I. Prado y cuando éste viajó a Europa a conseguir armamento para la guerra, luego de la campaña marítima y de la derrota en Tarapacá, inició una revolución que derrocó a Prado y a Luis La Puerta (diciembre de 1879).

Proclamado jefe supremo intentó conseguir más créditos con Dreyfus y centró su interés en la guerra. Mandó plenipotenciarios a las fracasadas negociaciones en el “Lackawanna” y organizó la defensa de Lima. Tras las derrotas en San Juan y Miraflores (enero de 1881) se trasladó a Ayacucho donde una asamblea lo invistió con el título de presidente. Diversos pronunciamientos en Arequipa, Cajamarca y Chosica lo obligaron a renunciar.

Organizó en Lima las bases del Partido Demócrata (febrero de 1882) y se trasladó a Europa. A su regreso, luego del tratado de Ancón (cf. más abajo), se mantuvo neutral frente al gobierno del general Miguel Iglesias (1883‑1886). Sometido a juicio por su actuación durante la guerra (junio de 1890) el proceso fue abandonado, aunque permaneció preso debido a su levantisca trayectoria. Fugó y embarcó rumbo a Panamá para después aparecer en Valparaíso. Muerto el presidente Remigio Morales Bermúdez (abril de 1894) y, ante la victoria electoral de Andrés A. Cáceres (1895), secundó la revolución cívico-demócrata que lo derrocó y asumió la presidencia de una junta provisional de gobierno.

Augusto Bernardino Leguía y Salcedo

Presidente de la República de Perú entre 1908‑1912 y 1919‑1930.

Guillermo Billinghurst Angulo

Guillermo Billinghurst Angulo, presidente de la República entre 1912 y 1914. Nació el 27 de julio de 1851 en Arica y murió el 28 de junio 1915. Sus primeros estudios los realizó en su tierra natal, pasando luego a Buenos Aires hasta la muerte de su padre (1868), cuando retornó para hacerse cargo de los negocios salitreros familiares. Fue amigo de Alfonso Ugarte y desde su primera incursión en política se mostró partidario de Nicolás de Piérola; por ello lo acompañó en la expedición del “Talismán” (1874), en la revuelta de Yacango (1876) y en la aventura del “Huascar” (1877). Durante la guerra con Chile fue nombrado jefe de estado mayor del ejército del norte, participo en la defensa del morro Solar (1881) y prisionero, fue enviado a Chile.

Ayudo a Nicolás de Piérola en su revolución contra Cáceres y triunfante, fue elegido primer vicepresidente y senador por Tacna (1895), y después presidente de la cámara de senadores (1896). Nombrado ministro plenipotenciario ante Chile, firmó el protocolo Billinghurst‑La Torre que sentó las bases para un posible plebiscito que decidiera el futuro de Tacna y Arica según lo previsto en el tratado de Ancón (cf. más abajo). Fue miembro conspicuo del Partido Demócrata, virtual candidato a la presidencia (1899), reorganizador de su partido (1908) y alcalde de Lima (1909); como tal, se mostró a favor de las clases populares. En 1912 compitió electoralmente con Ántero Aspíllaga y fue llevado a la presidencia de la República en medio de gran popularidad; la revista Ilustración Peruana decía refiriéndose al primer mitin del 19 de mayo: "La manifestación presidida por el señor Billinghurst ha sido imponente, formidable, grandiosa, aplastadora; lo acompañaron 20 mil personas. La presidida por el señor Aspíllaga, vergonzante, triste y mezquina; lo acompañaron apenas 2 mil."

En enero de 1913 expidió una resolución por la cual establecía para los jornaleros del muelle y dársena del Callao la jornada de ocho horas y garantizó, asimismo, la protección policial a toda huelga que estuviera respaldada por las tres cuartas partes de los trabajadores afectados. Todas estas acciones le valieron ser considerado en algún momento como “el primer obrero del Perú”, y la orientación populista de su discurso llevó a que el ingenio popular lo bautizara como “Pan Grande”. Sus enemigos, los civilistas y los leguístas, obstaculizaron su gobierno desde el Congreso y la prensa, y Nicolás de Piérola no quiso apoyarlo. El resultado fue que Billinghurst se enemistó con la mayoría civilista del Congreso, con los partidos políticos, con el Ejército y hasta con la opinión popular. Desterró al ex‑presidente Leguía y amenazó con disolver el Congreso hasta que, finalmente, fue derrocado por un golpe militar liderado por el coronel Óscar R. Benavides apoyado por los civilistas (1914). Fue deportado a Iquique donde falleció poco después.

Tacna y Arica

En 1874 fue firmado un Tratado entre Bolivia y Chile por el cual se reconocía su dominio sobre los territorios ubicados entre el paralelo 23 y 25 grados de latitud sur, pero se eximía a las empresas de nitratos chilenas de pagar mayores impuestos durante un lapso de 25 años. En Bolivia, al morir el presidente Agustín Morales Hernández en 1872, Hilarión Daza asumió interinamente la presidencia, hasta la elección de Tomás Frías. Hilarión Daza presentó su candidatura a la presidencia en 1876, pero al negarle Frías su apoyo electoral, se hizo con el poder mediante un golpe de estado. Fue confirmado como Presidente Constitucional, en virtud de la dictación de la Constitución de 1878 para un mandato de 4 años. Intentó controlar el ingreso de capitales ingleses y chilenos en la costa boliviana mediante el aumento de impuestos sobre las concesiones salitreras. Chile respondió con la ocupación del puerto de Antofagasta, Bolivia declaró la guerra a Chile y Perú se unió a Bolivia en virtud del Tratado secreto de Alianza Defensiva, suscrito entre ambos Estados en 1873. Este conflicto es conocido como la Guerra del Pacífico. Se puso término à la guerra respecto del Perú mediante el Tratado de 1883, denominado de Ancón. El Tratado estableció un plebiscito como solución jurídica a la cuestión por la soberanía de las provincias de Tacna y Arica. En su artículo tercero el Tratado disponía que las provincias de Tacna y Arica quedarían en posesión de Chile, sujetas a la legislación y autoridades chilenas durante el lapso de 10 años. Expirado este plazo, un plebiscito decidirá en votación popular si estas provincias quedarían en definitiva bajo el dominio y soberanía de Chile o del Perú. El perdedor del plebiscito recibiría una indemnización de 10 millones de pesos moneda chilena de plata o soles peruanos de igual ley y peso que aquélla. El conflicto no quedó resuelto, toda vez que en el inciso final del citado artículo tercero se establecía que un protocolo especial establecería la forma en que el plebiscito se realizaría y los términos y plazos en que debería pagarse la indemnización. El representante del Gobierno de Chile, Jovino Novoa, propuso redactar inmediatamente el protocolo, sin embargo su propuesta fue rechazada. A partir de la ratificación del Tratado de Ancón en 1884 Chile desarrolló un masivo plan de "chilenización" de Tacna y Arica. A principios de 1894 Perú inició las conversaciones para solucionar la cuestión de Tacna y Arica. El asunto se dilataba pues Chile temía perder el plebiscito y quería asegurar que Perú pagara la indemnización. Argentina estaba a la expectativa de lo que ocurriera, pues sus relaciones con Chile eran bastante tensas. Si se originaba un conflicto con Argentina, a esta última le parecía ventajoso que Chile tuviera también disputas en el norte con el Perú. En este contexto, la prensa argentina hizo público el Acuerdo chileno-boliviano de 1895, por el cual Chile se obligaba a ceder a esta nación las provincias de Tacna y Arica en caso de ganar el plebiscito y de no hacerlo se obligaba a entregar otro puerto. Perú manifestó su malestar ante el gobierno chileno. En la nota de la Cancillería de Lima, de forma precipitada, se declaraban solemnemente "peruanas" las provincias de Tacna y Arica.

En 1897 hubo nuevos intentos de conversaciones entre ambos Gobiernos, los que resultaron estériles fruto de la situación general de inestabilidad de la zona. Chile mantenía una relación muy tensa con Argentina y temía que Perú se le uniera en contra él. Perú mantenía un conflicto con Ecuador y temía el apoyo que Chile le pudiera prestar. Chile deseaba solucionar definitivamente el problema con Bolivia, que seguía en estado de tregua, y al parecer la solución pasaba por darles una franja de territorio en el límite norte con el objeto de tener una salida al mar, pero Perú se oponía tenazmente.

El plebiscito nunca se realizó, transcurrieron veinte años más antes de que se optara por llegar a una solución directa que terminó dividiendo las provincias disputadas: Tacna para el Perú y Arica para Chile.

El conflicto de Chile con Perú adquirió mayor importancia para otros países, entre los cuales destaca USA. Estos dieron a entender, al final de la Primera Guerra Mundial y ante las Conferencias de Paz en París, que se proponía intervenir en el conflicto. Con ocasión de su ingreso a la guerra europea, USA pidió a los demás países de América, en abril de 1917, que definieran en el acto su posición frente al conflicto. Perú se declaró aliado. Chile ya había optado por la neutralidad en agosto de 1914. En estas circunstancias, en las que USA simpatizaba más con un Perú aliado, manifestó su intención de intervenir en la controversia por Tacna y Arica. Chile contestó con una nota de reclamo a esta intervención por parte de un país ajeno a la disputa, la que fue muy bien recibida por los demás países americanos. USA se tuvo que retractar.

Después de la guerra, con la creación de la Liga de las Naciones, Chile veía con temor el aspecto que adquirían los acontecimientos: se revisarían los conflictos pendientes para buscarles solución, entre ellos el que Chile tenía con Perú y Bolivia. Estos países eran firmantes del Tratado de Versailles, con el que se puso fin a la Primera Guerra Mundial, mientras Chile no, lo que le situaba en una posición desventajosa frente a las fuerzas dominantes del panorama internacional del momento. El presidente US no obtuvo el apoyo de su Congreso, con lo que USA no integró la Liga y ésta perdió casi toda su fuerza. Por esto Chile decidió adherir formalmente a la Liga, llamada Sociedad de las Naciones. Bolivia, en conjunto con Perú, inscribieron sus demandas para ser tratadas en la segunda asamblea de la institución. Chile se apresuró a intentar un acercamiento con Perú. Éste, viendo más factible una relación directa que un alegato internacional, retiró la demanda, dejando sólo a Bolivia.

Un acercamiento de Chile con el Perú se produjo al asumir Arturo Alessandri la presidencia. El nuevo Subsecretario de Relaciones Exteriores, futuro Ministro de esa cartera, Ernesto Barros Jarpa reabrió, por medio del telégrafo, las comunicaciones con la cancillería peruana. Aunque estas conversaciones se estancaron, USA, aprovechando este buen comienzo, ofreció que se nombraran plenipotenciarios de Chile y Perú en Washington para una conferencia de armonía. Ésta tuvo como fruto un acuerdo para someter el punto conflictivo, el plebiscito, al arbitraje del Presidente de USA. El Laudo, entregado el 4 de marzo 1925, estableció la realización del plebiscito y el modo de llevarlo a cabo. Se iniciaron los preparativos, se nombró una Comisión Plebiscitaria. En los hechos, Perú, viendo perdido el plebiscito, fruto de las políticas de "chilenización" llevadas a cabo por el gobierno chileno a lo largo de 40 años, hizo lo posible para evitar su realización. Luego de un año de tensiones y discusiones sobre exigencias que Perú pedía al árbitro para efectuar el plebiscito, no se logró llegar a un acuerdo: Perú pedía su cancelación y Chile su inmediata realización. La Comisión Plebiscitaria finalmente optó el 14 de junio 1926 por poner término a su trabajo sin efectuar el plebiscito. El árbitro US, Pershing, y los representantes de Perú y Chile regresaron a informar a sus respectivos Gobiernos. Este es el momento que marca el fracaso definitivo de la fórmula plebiscitaria.

Aprovechando estas circunstancias, en febrero de 1926, USA se ofreció nuevamente como amigable componedor. Se reanudaron las sesiones en Washington. USA propuso entregar la zona en disputa a Bolivia, lo que despertó los viejos apetitos de esta nación, produjo el rechazo en Chile y la indignación en Perú. En esto asumió la presidencia de Chile el Coronel Carlos Ibáñez del Campo, quien iniciaría una política interna de fortalecimiento del Gobierno y control del país. Perú, temiendo que un fuerte centralismo y nacionalismo en Chile hicieran imposible llegar en el futuro a un arreglo, buscó el entendimiento. Con la mediación de USA se iniciaron conversaciones directas: se reanudaron las relaciones diplomáticas entre ambos países, se elevó el rango de la misión de Chile en Lima a Embajada y se nombró como Embajador chileno a Emiliano Figueroa L. Luego de un año de trabajo, el 3 de junio 1929, el representante de Chile firmó con el Canciller peruano, Pedro José Rada y Gamio, el Tratado y Protocolo Rada y Gamio‑Figueroa Larraín, con el fin de poner término a la cuestión de Tacna y Arica. Las ratificaciones del Tratado fueron canjeadas en Santiago el 28 de julio 1929 y ese mismo día se promulgó por medio de la Ley. Fue publicado el 16 de agosto de ese año.

El Tratado de 1929 señala en su primer artículo: "Queda definitivamente resuelta la controversia originada por el art. 3° del Tratado de Paz y Amistad de 20 de octubre 1883, que era la única dificultad pendiente entre los Gobiernos signatarios." La solución que estableció fue dividir el territorio en conflicto: Tacna para el Perú y Arica para Chile. La frontera fijada corre desde un punto llamado "Concordia", ubicado 10 kilómetros al norte del puente del río Lluta, hacia el oriente, siguiendo de modo paralelo la línea de la sección chilena del ferrocarril Arica‑La Paz, conservando 10 kilómetros de distancia hacia el norte. Se hizo una excepción a esta regla para dejar en territorio chileno las azufreras del Tacora y para que la línea divisoria pasara por el centro de la laguna Blanca. También se fijaron algunas compensaciones en dinero y especies, entre las que están la construcción por Chile de un malecón de atraque para vapores de calado, dependencias aduaneras y zonas de comercio en la bahía de Arica a favor del Perú, estableciéndose en estos sectores la independencia propia de un puerto libre para este último. Situación que sólo ejecutó completamente en febrero de 2000, tras firmarse en noviembre de 1999 el acta respectiva.

En el Protocolo Complementario se acordó, entre otras disposiciones, que ni Chile ni Perú podrían ceder a una tercera potencia, sin previo consentimiento del otro, todo o parte de los terrenos que por el Tratado quedaban bajo sus respectivas soberanías. Esta cláusula ha sido un impedimento para las aspiraciones portuarias de Bolivia. En concreto, algunas de las proposiciones realizadas por Chile con el objeto de dar salida al mar a Bolivia, se han frustrado por la oposición de Perú. Entre éstas están las negociaciones iniciadas en 1975, luego del encuentro en Charaña entre los Presidentes de Chile, Augusto Pinochet U., y de Bolivia, Hugo Banzer S., en las que se estudió la posibilidad de entregar una franja de territorio a Bolivia que, corriendo por entre las fronteras de Perú y Chile, llegara al Pacífico.

Curuppumullage Jinarajadasa

Curuppumullage Jinarajadasa nació en 1877 en la isla de Ceylan (hoy Sri Lanka). Desarrolla su temprana personalidad, conociendo en el colegio Ananda College en Colombo a quién fuera su principal tutor e iniciador de sus estudios de la Teosofía, C. W. Leadbeater, quien se haría cargo de la educación en Inglaterra a partir del año 1889. Jinarajadasa asiste al St John´s College, Cambridge, y obtiene un título en Lenguas Orientales. A su regreso de Inglaterra es nombrado subdirector de su colegio de origen. Luego de algunos años regresa a Europa a estudiar en la Universidad de Pavia, Italia.

Durante su estadía en Europa, continúa su trabajo Teosófico e ingresa a la Francmasonería Mixta Le Droit Humain alcanzado los más altos grados de la Orden. En 1916, se casa con la feminista inglesa Dorothy M. Graham, con quien funda la “Women´s Indian Association” (WIA) en Adyar junto con Annie Besant en 1917. De 1921 a 1928 fue vicepresidente de la Sociedad Teosófica. En 1929 viajó a América Latina visitando 17 países, donde dio conferencias en español y portugués y fundó ramas de la Sociedad Teosófica. Presidente internacional de la Sociedad Teosófica de la India desde el año 1946 hasta su muerte en 1953. Jinarajadasa contribuye a que se constituyera en Chile la Masonería Mixta, hoy conocida como la Gran Logia Mixta de Chile.

Gamonalismo

La palabra "gamonalismo", con los sentidos de "cacique de pueblo", "hombre influyente por su riqueza" se ha usado en el Perú y otros países de la América hispana. En nuestro país se extremó su matiz negativo hasta extenderse como "terrateniente que explota al indígena"; el gamonalismo fue realmente una forma moderna de feudalismo hasta la promulgación de la ley de Reforma Agraria (1969). El origen de gamonal "cacique de pueblo" no es seguro; parece homónimo de gamonal "plantación de gamones", voz de origen incierto documentada desde el siglo XIII.

Perú - Referencias

USA

Presidentes

Wiliam McKinley

Las elecciones celebradas en 1896 constituyeron un punto de inflexión en la política estadounidense. McKinley defendió los aranceles como un medio de protección a las empresas y al mercado de trabajo frente a las importaciones extranjeras; también era partidario del patrón oro en contra de la opinión de su oponente demócrata, William J. Bryan, que propugnaba la acuñación ilimitada en plata, lo que habría incrementado la inflación. El apoyo del millonario Mark Hanna le facilitó la elección por abrumadora mayoría frente a Bryan.

Su gobierno promulgó la tarifa proteccionista de 1897, impuso el patrón oro en 1900 y, en general, fomentó la confianza en los medios empresariales. La economía del país se recuperó de una severa depresión en gran parte gracias a esta política económica, y los republicanos quedaron así asociados a la prosperidad económica lo que los convirtió en la fuerza política dominante hasta la década de 1930. Durante su primer mandato (1897‑1900) reforzó el proteccionismo aduanero como respuesta a la crisis económica. En las elecciones presidenciales de 1900 derrotó nuevamente a Bryan.

Ante la Guerra de Independencia de Cuba (1895‑1898), se valió de la explosión en La Habana del navío norteamericano USS Maine para intervenir en la guerra hispano-cubana (cf. más arriba). El anarquista León Czolgosz le disparó el 6 de septiembre 1901. Murió ocho días después, sucediéndole su vicepresidente Theodore Roosevelt.

Herbert Clark Hoover

El Partido Republicano lo postuló como candidato presidencial en el año 1928, para enfrentarse al candidato demócrata Alfred E. Smith. Hoover fue electo y ocupó el cargo a partir del 4 de marzo 1929.

Dos días después de la victoria electoral anunció un viaje de diez semanas a América Latina. Un clima de hostilidad había caracterizado la VI Conferencia Panamericana de La Habana en 1928, fundamentalmente conectado a la intervención militar US en Nicaragua desde 1926. Hoover partió el 19 de noviembre acompañado por el experto en asuntos latinoamericanos y ex embajador en Chile y en Italia Henry P. Fletcher. Una vez dejada Centroamérica, el viaje siguió por Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil, con etapas tan breves que fueron motivo de crítica por parte de varios países, en particular de Perú y Argentina.

Comenzó a ejercer como presidente de USA afrontando la crisis económica iniciada con el Crack de Wall Street originado por el hundimiento bursátil el 29 de octubre 1929. En junio de 1931 intentó impulsar las exportaciones estadounidenses declarando una moratoria sobre las deudas de guerra interaliadas y propuso al Congreso un nuevo plan de acción, basado en el apoyo a la recuperación de las empresas. El eje central fue la Corporación Financiera para la Reconstrucción (Reconstruction Finance Corporation), creada en enero de 1932, para prestar dinero a los bancos, ferrocarriles, compañías de seguros y otras instituciones en apuros.

La acción más relevante de su administración fue la apertura de relaciones con los vecinos de Latinoamérica, sentando las bases de la "Política del Buen Vecino" que Franklin D. Roosevelt y su secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores), Cordell Hull, seguiría más tarde. En este sentido, medió entre Chile y Perú para que resolvieran el conflicto que mantenían sobre la soberanía de Arica y Tacna (cf. más arriba).

Se presentó para la reelección en el año 1932. Fue derrotado por el candidato demócrata Franklin D. Roosevelt, dejando la presidencia el 4 de marzo 1933.

Personalidades

Dwight W. Morrow

Abogado, financiero, estadista americano. Se graduó como abogado. Aceptó una asociación en JP Morgan&Co. en 1914. Entre sus logros más notables fue la organización de Kennecott Copper Corp. Después de que USA ingresara a la Primera Guerra Mundial, Morrow viajó a Europa a principios de 1918 como asesor del Consejo Aliado de Transporte Marítimo. Después de la guerra, Morrow asistió a Cuba a arreglar sus problemas financieros. Como presidente de la junta de aeronaves del presidente en 1925, ayudó a formular una política nacional militar y de aviación civil. En 1927, el presidente Calvin Coolidge lo nombró embajador en México, donde participó al arreglo de los asuntos del petróleo (cf. más arriba), las deudas y las reclamaciones, y a allanar el conflicto entre la iglesia y el estado. Como delegado a la Conferencia Naval de Londres en 1930, desempeñó un papel conciliatorio vital.

Pierpont Morgan

Los antecedentes de J.P. Morgan en México se remontan a más de un siglo, cuando John Pierpoint Morgan, el patriarca del banco de inversiones US que lleva su nombre, comenzó a manifestar un interés en la modernización de México desde el punto de vista de inversión. Ya en 1880, la firma de Pierpoint en New York y la firma de su padre, Junius S. Morgan, con sede en Londres, participaban en sindicatos de casas de inversión europeas para la emisión de préstamos y bonos para el gobierno mexicano y muchas empresas privadas nacionales. Desde finales del siglo XIX, J.P. Morgan ha trabajado activamente y de forma continua como socio financiero del gobierno mexicano y del sector privado de este país.

1886. A finales del siglo XIX, la Casa de Morgan, la cual desempeñó un papel principal en el financiamiento de la creciente infraestructura industrial de América, también realizó inversiones considerables en los sectores ferroviario y de servicios públicos de México. En 1886, Pierpoint, uno de los primeros inversionistas en la Compañía de Teléfonos de América Central y Sudamérica, fue elegido como miembro de la junta directiva de dicha compañía. Posteriormente, llegó a ser consejero de la Compañía de Teléfonos de México.

1899. La Casa de Morgan marcó un hito en el sector financiero de USA al participar en una emisión de bonos para el gobierno mexicano. La emisión conocida como el Préstamo Externo Consolidado de Oro de México, al cinco por ciento, ascendió a un total de 22,7 millones de libras esterlinas. La operación significó la primera ocasión en que una firma US actuaba como director y figuraba en el prospecto de un préstamo extranjero. Como era costumbre en aquella época, el préstamo se bursatilizó mediante bonos vendidos a través de un sindicato, a inversionistas individuales.

1900‑1901. En 1900, Morgan actuó como tomador en firme de un importe de 25.000 libras esterlinas en una venta de obligaciones hipotecarias al cinco por ciento por un valor total de 6 millones de libras esterlinas para la Refinería de Azúcar Tucumán. En 1901, tomó una participación por un valor de 150.000 libras esterlinas en el préstamo reajustable de la Compañía Nacional de Ferrocarriles Mexicanos.

1918. Durante la Revolución Mexicana, tras el incumplimiento por parte del gobierno del Préstamo Externo Consolidado de Oro, Pierpoint se dedicó a buscar una solución a la crisis, ya que sentía una obligación especial hacia los titulares de bonos del préstamo, tanto en México como en USA. En 1918, Thomas Lamont, un socio principal de J.P. Morgan, asumió el cargo de Presidente del Comité Internacional de Banqueros de México, el cual fue establecido con el objeto de reprogramar, en colaboración con el gobierno mexicano, la deuda externa.

1926. Durante los años entre la primera y la segunda guerra mundial, la firma J.P. Morgan, que para entonces se encontraba bajo el mando del hijo de Pierpoint, Jack, mantuvo vínculos estrechos con cada uno de los gobiernos sucesivos de México. Dwight Morrow, un socio influyente de la firma, fue nombrado Embajador de USA en México en 1926.

Instituto de Williamstown

Después de la Primera guerra mundial se establecieron, por iniciativa de representantes del imperialismo británico y angloamericano, varios institutos con el objetivo de favorecer un sistema de seguridad colectiva para sustentar el predominio de estas potencias. En 1919 fue establecido en Gran Bretaña el Royal Institute of International Affairs (Instituto Real de Asuntos Internacionales, RIIA, también nombrado Chatham House), en 1921 el Councel of Foreign Relations (Consejo de relaciones exteriores, CFR) en USA. En 1921 también se constituyó el Institute of Politics at Williamstown (Instituto de política en Williamstown), originado por iniciativa del presidente de Williams College, Harry Garfield (miembro del CFR); celebró conferencias anuales de verano con distinguidos estadistas internacionales (es decir, del área del Atlántico) con el propósito de discutir las relaciones internacionales y estimular el interés en el tema en USA. Como la mayoría de los esfuerzos internacionalistas, el Instituto Williamstown fue concebido y operado por miembros de la élite del CFR que dominaron la Junta de Asesores, dieron las conferencias y dirigieron las sesiones de discusión de la mesa redonda. El Instituto Williamstown, de acuerdo con su función integradora de élite, desarrolló estrechos vínculos con la estructura de poder británica representada por la organización hermana de CFR, el RIIA. En 1925 fue fundado durante una reunión en Hawái el Institute of Pacific Relations (Instituto de relaciones en el Pacífico, IPR).

Entre todos estos institutos la filiación común de membrecía era marcada. El Instituto Williamstown mantenía su actividad durante una década; el IPR disolvió en 1960; pero el RIIA y el CFR siguen hasta la actualidad jugando un papel importante influyendo en la esfera política mundial.

USA - Referencias

Venezuela

Venezolanos en Barranquilla

Durante los acontecimientos políticos de la Semana del Estudiante (febrero de 1928), Miguel Otero Silva es vinculado a la conspiración militar del 7 de abril 1928, por lo que es acosado por la policía y debe huir al extranjero, donde prosigue su actividad política. Una vez en el extranjero, forma parte del contingente de venezolanos que comandados por Gustavo Machado y Rafael Urbina López, toma el fuerte Ámsterdam de Curazao y prepara una invasión a Venezuela por las costas de Falcón (junio 1929).

A raíz de los acontecimientos de 1928 también, Raúl Leoni, Rómulo Betancourt, Valmore Rodríguez, Ricardo Montilla y otros, se habían trasladado a Curazao, Santo Domingo, y finalmente a Barranquilla en Colombia. Betancourt mantenía relaciones con Haya de La Torre, líder del APRA.

Paralelamente, a nivel internacional, había sido creada desde 1928, la Conferencia Sindical Latinoamericana y el Buró del Caribe al cual fue adscrito el Comité Auxiliar de Barranquilla que tenía por misión suministrar ayuda a los comunistas venezolanos presos en La Rotunda en Caracas. De dicho "Comité" formaban parte: Gustavo Machado y Salvador De La Plaza, quienes en su exilio de México habían igualmente fundado el Partido Revolucionario Venezolano (PRV), junto con Miguel Otero Silva, José Tomás Jiménez Arraíz y Guillermo Prince Lara.

Venezuela - Referencias

Referencias

Argentina - Referencias:

Ángel J. Cappelletti: "El anarquismo en Colombia"
(https://www.portaloaca.com/historia/historia-libertaria/4072-el-anarquismo-en-colombia.html)

Eduardo A. Zimmermann: "Sindicatos y política en la Argentina (1900-1943)"
(http://www.eseade.edu.ar/wp-content/uploads/2016/07/Zimmermann.pdf)

Diego Ceruso: "El comunismo argentino y sus divisiones en los años veinte - Un análisis de la disputa en el movimiento sindical entre el ‘penelonismo’ y el Partido Comunista"
(http://www.redalyc.org/html/3601/360133466003/)

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(https://books.openedition.org/ariadnaediciones/943)
(
http://ariadnaediciones.cl/images/pdf/Internacional.Comunista.Diccionario.Biorgafico.pdf)

 

 

 

 

 



[1].     Rafael M. de Labra: La crisis colonial de España (1868 a 1898) - estudios de política palpitante y discursos parlamentarios; Tip. de Alfredo Alonso, 1902; p. 615.

[2].     Los textos de las cartas mencionadas, de Blanco y de Gomez, son reproducidos en la obra "Mi diario de la guerra: desde Baire hasta la intervención americana" de Bernabé Boza (t. 2, p. 259‑261.), publicada en 1900 por la Imprenta "La Propagandista".

Respecto a la fecha del intercambio de cartas, se encuentra la siguiente aclaración en el libro "La intervención militar norteamericana en la contienda independentista cubana: 1898", de Oscar Luis Abdala Pupo (Editorial Oriente, 1998):

Según las ha publicado Boza*, ni la carta de Blanco, ni la respuesta de Gómez, están fechadas, aunque las hace corresponder con los hechos ocurridos durante el mes de mayo. Sin embargo, Martínez Arango* afirma que el último de los documentos tiene como fecha la del 20 de abril; indudablemente que se trata de un error de este autor, ya que Blanco hace mención del bloqueo que, como se vio, comenzó el 22 de abril. Por la propia razón es también un error, en este caso de otro autor, Leiseca (Historia de Cuba, p. 414)*, señalar la fecha del 20 de marzo como la de la carta de Blanco a Gómez. Sólo Philip Foner, en su citada obra La Guerra Hispano-cubano-norteamericana... (vol. 1, p. 315)**, haciendo un cálculo racional, opina que la misiva de Blanco fue escrita a "principios de mayo de 1898".

* Cuadernos de historia habanera Número 43 Cronología Crítica de la Guerra Hispano-Cubanoamericana, por Felipe Martínez Arango. Municipio de la Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad 1950, p. 117-118.

** Historia de Cuba: escrita de acuerdo con el plan de estudios vigente en las escuelas públicas, por Juan Martín Leiseca, Montalvo, Cárdenas & Company, 1925.

[3].     Rafael Martínez Ortiz: Cuba - los primeros años de independencia, t. 1: La intervención y el establecimiento del gobierno de Don Tomás Estrada Palma; Paris, Imprimerie Artistique "LUX", 1921; p. 59.

[4].     Hortensia Pichardo Viñals (compil.): Documentos para la historia de Cuba, t. 2; La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1968; p. 72‑73.

[5].     Hortensia Pichardo Viñals (compil.): Documentos para la historia de Cuba, t. 2; La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1968; p. 72‑73.

[6].     Beatriz Bernal Gómez: Constituciones Iberoamericanas - Cuba; México, D. F., Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2008.

(https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/2525-constituciones-iberoamericanas-cuba)

(Constitución de 1901: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2525/16.pdf)

[7].     Hortensia Pichardo Viñals (compil.): Documentos para la historia de Cuba, t. 2; La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1968; p. 119‑120.

[8].     ibidem.

[9].     Nombre cambiado por el de "Isla de la Juventud" en 1978.

[10].    Rafael Martínez Ortiz: Cuba - los primeros años de independencia, t. 1: La intervención y el establecimiento del gobierno de Don Tomás Estrada Palma; Paris, Imprimerie Artistique "LUX", 1921; p. 279‑280.

[11].    Cuadernos de historia habanera, n° 24: Los Grandes movimientos polícos cubanos en la colonia - parte 2; La Habana, Oficina del Historiador de la Ciudad, 1943; p. 53‑54.

[12].    Beatriz Bernal Gómez: Constituciones Iberoamericanas - Cuba; México, D. F., Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2008.

(https://biblio.juridicas.unam.mx/bjv/detalle-libro/2525-constituciones-iberoamericanas-cuba)

(Constitución de 1934: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2525/21.pdf)

[13].        Respecto a Silvestre Savitsky, cf.:

Lázar Jeifets, Víctor Jeifets: El Partido Comunista Colombiano, desde su fundación y orientación hacia la "transformación Bolchevique" - Varios episodios de la historia de relaciones entre Moscú y el comunismo colombiano", Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, n° 28, p. 7-37, 2001.

(https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/download/16899/17768)

que da la indicaciones siguientes:

Según los datos accesibles (que no están todavía comprobados con los documentos), éste era un oficial del Ejército Rojo enviado a comprar trigo a China o a Japón, pero que finalmente por cosas del destino llegó a Colombia junto con su esposa Elizaveta Yakunina  (presunta viuda de un oficial del ejército zarista). En Colombia, él se ocupó de negocios y empezó trabajar activamente como organizador e ideólogo del grupo comunista; los miembros del grupo reconocían que a él "le debían en gran parte la incipiente organización" que habían logrado establecer. Podemos conjeturar que uno de los motivos motores de la actividad de Savitsky era el deseo de rehabilitarse después de algún "pecado" cometido y obtener el derecho a regresar a la patria soviética; mientras tanto, para sus colaboradores colombianos sus experiencias revolucionarias y presuntas conexiones con Moscú fueron un factor muy importante.