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Español > Análisis > |
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1 Conferencia Comunista Latino Americana Novena sesión La lucha antiimperialista y los problemas de
táctica |
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Fuente: S.S.A. de la I.C., El Movimiento revolucionaria latino americano. Versiones de la Primera Conferencia Comunista Latino Americana, Junio de 1929. La Correspondencia sudamericana, Buenos Aires |
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Establecido: septiembre 2018 |
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Preside Gabrinetti (Brasil). Yolles (Argentina). [...] Peters (I.J.C.). ‑ Camaradas: Estando de acuerdo con el informe del compañero Luis, en líneas generales, quisiera, sin embargo, referirme a algunos puntos particulares. Primeramente, quisiera llamar la atención de los camaradas delegados, sobre la formulación de la tesis del Secretariado Latino de la Internacional Comunista, referente al rol de la revolución democrático-burguesa, en el conjunto del proceso revolucionario. Esa formulación me parece confusa. Dice[1]: "El movimiento revolucionario de América Latina en su fase democrático-burguesa, la revolución mexicana en particular, en la época histórica actual del desenvolvimiento de la revolución proletaria mundial es, como todos los movimientos revolucionarios de las colonias y semicolonias, un apoyo, una importante ayuda a la revolución proletaria mundial. No se transformará en una parte integrante de ella, sino cuando, bajo la hegemonía del proletariado, la revolución democrático-burguesa se transforme en una revolución socialista." Es confusa porque no expresa la ligazón dialéctica que existe entre la revolución democrático-burguesa y la revolución proletaria internacional, y es una revisión de la concepción leninista de la revolución proletaria como un proceso todo, como un periodo que comprende revueltas de proletarios en los países avanzados y la lucha de los pueblos coloniales y semicoloniales, contra el imperialismo. Esa formulación está en contradicción evidente con el siguiente pensamiento de Lenin[2]: "Pensar que es posible la revolución proletaria social sin la insurrección de las pequeñas naciones en las colonias y en Europa, sin explosión revolucionaria de una parte de la pequeña burguesía con todos sus prejuicios, sin movimiento de masas proletarias y semiproletarias inconscientes contra el yugo nacional, monárquico, clerical y de la nobleza, pensar así, es negar la revolución social..." Más adelante agrega[3]: "Quien espera la revolución “pura”, no la verá jamás. Ese es un revolucionario de palabra que no comprende la verdadera revolución." Decía, todavía, más claramente[4]: "La revolución socialista no será solamente o principalmente la lucha de los proletarios revolucionarios en cada país, contra su burguesía; no será[5] la lucha des todas las colonias y de todos los países oprimidos por el imperialismo, contra el imperialismo internacional." Lenin decía también: "La revolución proletaria es toda una época que une las insurrecciones de los proletarios de todos los países avanzados, con el movimiento de liberación nacional en las colonias y semicolonias." Como esta última cita la formula de memoria, podrá provocar cierto cambio de forma, pero no de sentido. El camarada Luis en su intervención ha precisado esta formulación y es una razón más para que la tesis sea modificada en el sentido que indico. Segunda cuestión: es el rol del capital extranjero, del capital imperialista en los países de América latina. Sobre este punto, me parece que hay malentendidos y confusiones en los camaradas, los cuales a veces han expresado concepciones falsas, como por ejemplo, en el proyecto de tesis para el Congreso del Partido del Brasil (corregido luego por el mismo Congreso), en el cual el capital extranjero "desempeña, al mismo tiempo, el rol negativo y positivo". Estoy completamente de acuerdo con el camarada Sala, cuando exponía que si fuera así, si la penetración del capital extranjero verdaderamente hubiera desempeñado el rol positivo, toda nuestra táctica debería ser totalmente distinta. Creo que muchos camaradas se confunden en esta cuestión, viendo un cierto desarrollo industrial que provoca la penetración imperialista, y toman erróneamente este desarrollo industrial, como "rol progresista" del capital extranjero, valorando el carácter unilateral de ese desenvolvimiento y olvidando el carácter imperialista reaccionario de esa penetración. Es necesario destruir completamente la leyenda burguesa y contrarrevolucionaria, que en el periodo actual, la penetración imperialista desarrolla las fuerzas productivas de los países de América latina. Cuando los imperialistas compran los yacimientos petrolíferos y no los explotan para mantener los altos precios en el mercado mundial; cuando impiden por todos los medios, el desarrollo de la industria pesada, es decir, la base verdadera del desenvolvimiento industrial; cuando reducen la economía de los países al monocultivo deformando el desarrollo normal del país, ¿es que frente a estos hechos se puede hablar del rol "positivo" del capital imperialista? El hecho fundamental es que los imperialistas se apoyen en su penetración sobre las fuerzas más reaccionarias del país, que adaptan su penetración al régimen feudal, a las formas semiesclavistas del trabajo bajo el régimen del gran latifundio. Con esto, impiden la reforma agraria; frenan el verdadero desarrollo aun capitalista de estas semicolonias latinoamericanas. Debemos comprender que luchamos contra el imperialismo en las colonias, no solamente porque la dominación sobre las colonias refuerza el régimen capitalista; no solamente porque el imperialismo oprime las colonias, las priva de su libertad, etc. sino también porque el imperialismo en las colonias es una fuerza profundamente reaccionaria, política y económicamente. Creo que será útil citar un párrafo de Lenin, en el cual plantea teóricamente la cuestión de la posibilidad del desarrollo capitalista que guarde la estructura feudal por mucho tiempo. He aquí como Lenin al precisar los dos caminos que pudo tomar la economía rusa, habla de la posibilidad del proceso a que nos hemos referido[6]: "Sobre la base económica propia de la revolución rusa, objetivamente son posibles dos líneas fundamentales de su desarrollo y de su fin. O bien la antigua economía señorial, ligada por miles de hilos a la esclavitud, se mantiene transformándose lentamente en una economía puramente capitalista de "junkers"[7]. La base del pasaje definitivo de los "otrobotki" (sistema de dependencia feudal) hacia el capitalismo es entonces, la transformación interior de la economía esclavista señorial. Todo la estructura agraria del Estado deviene capitalista conservando mucho tiempo, la característica esclavista." O bien precisaba Lenin el problema agrario encuentra un segundo camino, el de la revolución agraria que destruye la gran propiedad y provoca el desenvolvimiento del capitalismo sobre la base de la pequeña propiedad rural, o sea, según Lenin, "la diferenciación de clases se hace tanto más rápida en cuanto los restos de esclavitud desaparecen". Creo que estas citas de Lenin constituyen la clave para el análisis de la situación de América latina. Después de las guerras por la independencia, que han tenido ciertas características de revoluciones burguesas, estos procesos revolucionarios han sido detenido y abortaron por la penetración del capital extranjero, lo que ha determinado, justamente, el primer camino de "transformación interior" del régimen feudal, consecuencia directa del desenvolvimiento semicolonial de estos países. Paso, ahora, a la cuestión que se refiere a las características del irigoyenismo[8]. Hay algunos camaradas en nuestro Partido de la Argentina que abrigan dudas sobre el análisis del irigoyenismo realizado por la Internacional Comunista, al decir que es una fuerza política de la joven burguesía argentina. Esos camaradas, notando como el gobierno de Irigoyen defiende los intereses de los grandes terratenientes (en los movimientos agrarios de Santa Fe, etc.), encuentran que esos hechos están en contradicción con el análisis precitado. Esta incomprensión del carácter burgués del irigoyenismo, los conduce prácticamente a negar el carácter de clase del mismo. Esos camaradas se confunden en esta cuestión, porque toman la definición "burguesa" de una manera abstracta. Creen que esta significa necesariamente que la burguesía debe combatir "hasta la fin" las fuerzas feudales, etc.; olvidan que se trata de la burguesía argentina, es decir, de la burguesía de un país semicolonial. La burguesía argentina, justamente, porque es la burguesía de un país semicolonial, teme apoyarse en el periodo actual, sobre el movimiento de masas en lucha contra el imperialismo y las fuerzas agrarias, es por eso que renuncia a esta lucha y va hacia la alianza con las fuerzas feudales y las imperialistas, contra las masas. Es precisamente esta política de capitulaciones frente al imperialismo, que trasforma a la burguesía argentina en agente interior del mismo; justamente estas tentativas de la burguesía argentina por formar un solo bloque unido con las fuerzas agrarias contra las masas, están representados por el partido de Irigoyen. Y es claro que esta política burguesa, está profundamente ligada, por otra parte, a la estructura económica de los países semicoloniales, a la penetración no revolucionaria sino "reformista" de las relaciones capitalistas en los marcos del régimen feudal, de la cual hemos hablado antes. El irigoyenismo no es más que la expresión política de este proceso. En su intervención, el camarada Luis ha hablado de la estructura de la clase obrera en América latina. Esta cuestión es la más importante para toda la táctica de nuestros Partidos. Tenemos dos capas bien diferenciadas de trabajadores en estos países: una, la que pertenece a las ramas fundamentales de la producción, los obreros agrícolas, de las minas, frigoríficos, etc.; y la otra, de la producción secundaria en las grandes ciudades parasitarias. Esta segunda capa de trabajadores está en mejores condiciones con respecto a la anterior masa de explotados. Por otra parte, es justamente esta capa el objeto de la política "obrerista" de los diferentes partidos burgueses, a la que atraen por su política demagógica y por la corrupción directa a sus esferas de influencia, utilizándolos para sus luchas intestinas. La principal fuente de la insuficiencia y de las faltas de muchos de nuestros partidos es su composición social. Sus esferas de trabajo, se limitan a estas capas, que en la estructura económica particular de los países semicoloniales, constituyen la base social y económica del reformismo. Es esta misma composición social que constituye la fuente de los peligros de burocratización de nuestros Partidos y de la perdida oportunista de las perspectivas revolucionarias. Es claro que debemos decir en esta Conferencia que la línea fundamental de nuestros Partidos debe ser orientar todo su trabajo hacia las masas más explotadas; las grandes masas de los obreros agrícolas; de las minas, etc., etc. Pero esta nueva orientación no es una cuestión de fácil solución. ¿Es esta una resolución que se puede aplicar con los antiguos métodos de trabajo, con la vieja estructura del Partido? Absolutamente, no. Esta nueva orientación necesita una reconstrucción interior casi completa de todos nuestros Partidos, para hacerlos verdaderamente aptos. Todo aspecto del trabajo de táctica debe ser cambiado y adaptado a estas nuevas tareas. Tomemos, por ejemplo, el tipo común de nuestro militante del Uruguay o de la Argentina. ¿Es ese el tipo de militante que nosotros necesitamos y que demanda las tareas futuras de nuestros Partidos? Evidentemente, no. Nuestro tipo de militante actual puede pronunciar un buen discurso; sabe maniobrar muy bien en las asambleas sindicales, pero con frecuencia sus posiciones militantes no tienen condiciones para organizar a los obreros agrícolas, de dirigirlos en sus luchas. Esta línea política de nuestros partidos, necesita un nuevo tipo de militantes de masas. (Creo que el tipo de militante como el camarada Mahecha, que pudo dirigir a más de 30.000 obreros agrícolas, a pesar de sus defectos se acerca a este tipo de nuevo militante que necesitamos.) Para demostrar que esta orientación de nuestros Partidos impone el cambio de todas las ramas de la actividad, tomemos, por ejemplo, nuestra lucha contra los adversarios, en la Argentina. Si nosotros trabajamos en los gráficos de Buenos Aires, por ejemplo, nuestro enemigo será el partido socialista, pero si nos alejamos un tanto de la capital federal, si vamos al campo, veremos que nuestro enemigo principal es la demagogia irigoyenista en sus diversos matices. En esta Conferencia, el camarada Suárez nos proponía planes un poco "putchistas"; ha sido ya rebatido por otros compañeros, pero quiero subrayar una cosa exacta que nos indica la intervención del compañero delegado de México. En muchas de nuestras organizaciones, vemos deformaciones legalistas, burocratistas de nuestras formas de lucha, que están estrechamente ligadas a la base social de los mismos Partidos, de la cual ya he hablado. Un manifiesto, un mitin, un volante, y ¡nada más! Cuántas veces hemos visto que no se han hecho iniciativas para realizar los mítines prohibidos por la policía. Es necesario hacer comprender a todos nuestros Partidos, como el desarrollo del movimiento de masas, impone preparar nuestras organizaciones par el mismo. Es preciso ver también, que en muchos casos, la creación y la defensa de las organizaciones obreras en las plantaciones feudales (organizaciones más primitivas), no son posibles sin la defensa directa y física de esas organizaciones por los mismos trabajadores. La creación de los grupos de autodefensa de los trabajadores, es la tarea actual de nuestros partidos. Me parece que si es peligroso la línea "terrorista" pequeño-burguesa, igualmente es incompatible con la línea revolucionaria, el "legalismo", la concepción burocrática de nuestra lucha o bien la subestimación de la absoluta necesidad de la preparación ideológica y orgánica de las formas superiores de lucha revolucionaria. A través de toda la discusión, surge una tarea fundamental para el movimiento comunista de América latina: la de crear verdaderos partidos comunistas en todos los países. Desde este punto de vista, plantearé la cuestión de Perú y de Colombia. Nuestros camaradas del Perú proponen la creación de un "partido socialista" y argumentan diciendo que este partido no será más que la máscara legal del Partido Comunista, pero los mismos camaradas del Perú se refutan, cuando nos dicen que ese partido socialista tendrá una composición social amplia, que será formado por obreros, campesinos, pequeños burgueses, etc. En suma, no se trata de "una máscara legal", sino de otro partido político más accesible, como dicen los mismos camaradas peruanos. Yo creo que es necesario, teniendo en cuenta el discurso de esos camaradas, descifrar la palabra "accesible". ¿Qué significa esta palabra? Primeramente, que el Partido debe ser "accesible" a las masas; en segundo término, que debe ser "accesible" a los elementos pequeños burgueses que oscilan entre la lucha revolucionaria y el APRA; en tercer lugar, debe ser menos "accesible" a la represión gubernamental. En resumen, esta proposición consiste en la creación de un partido no proletario confuso, porque necesariamente deberá adaptarse a las posibilidades que le dará la policía de Leguía. Nuestros camaradas defienden su proposición so pretexto de ganar las masas. La idea de ir hacia las masas, de crear las organizaciones de masas, de ensayar y utilizar todas las posibilidades legales, es justa; pero el error de nuestros camaradas del Perú, consiste en esto: que han confundido eso con la formación de un partido comunista. El error de los camaradas del Perú está en no comprender que la creación de un verdadero Partido comunista, ideológicamente monolítico, es la condición previa de todo trabajo revolucionario serio; que la creación de este Partido, es la única garantía del trabajo en el seno de las masas y de la creación de las organizaciones auxiliares de masas. Permítanme los camaradas que cite un párrafo de Lenin que parece escrito especialmente para los compañeros del Perú[9]: "La conclusión es simple: si comenzamos por establecer una fuerte organización de revolucionarios (es decir, del Partido), podremos asegurar la estabilidad del movimiento, realizar los objetivos socialdemócratas[10] y los objetivos puramente sindicalistas. Pero si comenzamos por constituir una amplia organización con el pretexto que esta es más “accesible” a la masa (en realidad, es a los gendarmes a quienes será más accesible, y además pondrá a los revolucionarios más al alcance de la policía), no alcanzaremos ninguno de estos objetivos, no nos desembarazaremos de nuestro primitivismo, y con nuestros fraccionamientos y nuestros fracasos continuos, etc..." El carácter confusionista de ese Partido "socialista" surge desde el comienzo; es suficiente tomar en consideración su programa "mínimo" leído por el compañero delegado del Perú, sobre las municipalidades obreras y campesinas o sobre la "transformación" del ejercito de Leguía en milicia obrera y campesina. Este es el consejo que debemos dar a los camaradas peruanos: Cread, a pesar de todas las dificultades, un partido comunista proletario ilegal, que podrá no adaptarse pero que resistirá a la reacción; que podrá también, estudiar los medios legales para la creación de organizaciones auxiliares de masas, etc., etc. Este es el camino más corto y más seguro. En lo concerniente a la cuestión de Colombia, acepto gustoso la invitación del camarada Prieto para hablar francamente y debo decir que el discurso del camarada Prieto es completamente malo para una conferencia comunista. En lugar de explicar los graves errores cometidos, Prieto, por toda contestación, niega al camarada Luis el derecho a formular críticas, dando como pretexto su desconocimiento de la carta geográfica de Colombia, y ese método de discusión repito que es inadmisible entre comunistas. Prieto se esfuerza para hacernos creer que en el partido colombiano, hay dos tendencias; una (C.C.C.C.) "putchista", y otra (C.E.) verdaderamente "marxista". Creo que es necesario rechazar completamente, enérgicamente, esta afirmación. En lo que se refiere a la base política de los errores cometidos, son comunes en ambas tendencias. Tanto una como otra, no comprende la ligazón dialéctica existente entre el movimiento reivindicatorio de masas y la acción revolucionaria directa; ambas no comprenden el verdadero rol del liberalismo y hacen la política de la alianza con ellos. La base es la misma, pero hay una diferencia, y una diferencia grande. Los unos frenan prácticamente el movimiento de masas (táctica del C.C.C.C. durante la huelga bananera) porque según ellos, esto estorbaba el objetivo principal: la acción directa; los otros, so pretexto de organizar el movimiento de masas prácticamente oponen las tareas de organización a la acción revolucionaria directa, y prácticamente pierden las perspectivas revolucionarias, dando así una base para todos los elementos pequeño-burgueses, para todas las tendencias de pasividad. Los unos y los otros hacen la alianza con los liberales; pero, los primeros con el objetivo de utilización para el movimiento revolucionario, para la acción; mientras que los otros, la hacen en salones y con fines parlamentarios... Un punto interesante en el discurso de Prieto es que queriendo defender la posición del C.E., citaba la carta de este a las camaradas de la zona bananera, después del estallido del movimiento. ¿Qué decía el C.E. en esa carta? Como directiva daba "no confundir la huelga con la insurrección": Lo ridículo de todo esto es que la declaración, en lugar de defender el C.E., lo condena, porque ¿qué significado tiene esa "directiva"? Significa que el C.E. (conociendo bien el mapa de Colombia...) comprendió tan mal la situación política nacional, que una semana antes no pudo prever al menos la posibilidad que el movimiento citado pudiese desarrollarse y pasar a la fase superior de la lucha. La misma carta prueba, con una claridad meridiana, que el C.E. no ha comprendido más que el C.C.C.C. en que forma un movimiento de masas se desarrolla en una acción armada, una huelga puede transformarse en revolución cuando ella se amplia. En tercer lugar ‑ y es lo más grave ‑, la directiva del C.E. prueba que este no había comprendido que es justamente la tarea del partido, como vanguardia, la de ampliar el movimiento y, si las condiciones lo permiten, hacer pasar el movimiento a la etapa superior de la lucha. En suma, la solución de nuestro partido colombiano, no es la victoria de una tendencia sobre la otra, y menos aún la "victoria" del C.E. sobre el C.C.C.C. Es necesario poner fin a esta lucha por la dirección. La verdadera solución es sobre la base del análisis serio de la táctica del Partido en la huelga bananera, la rectificación de las graves errores cometidos por las dos tendencias, y la consolidación alrededor de una línea política justa, agrupando todo lo que hay de sano en el Partido, todos los elementos realmente revolucionario, capaces de organizar un verdadero Partido Comunista y de ligar este trabajo de organización, con la preparación de acciones revolucionarias, porque la situación de Colombia lo exige, porque las peores faltas que pueden cometerse por nuestro Partido de Colombia, es de no ir a la vanguardia de todos los movimientos revolucionarios, de no ponerse a la cabeza de todas las acciones de masa que se desarrollen a través de todo el país. Me solidarizo con la crítica expuesta por el camarada Luis sobre el Partido Mexicano, que ha cometido en estos últimos tiempos, graves errores. Creo que se puede decir que la base de los errores de nuestro Partido de México, es la de deslizarse hacia una línea política que reduce la acción de nuestro Partido a la presión sobre el gobierno "revolucionario", para obligarlo a ir hacia las finalidades de la revolución democrático-burguesa. Quiero referirme a la cuestión del desarrollo de la revolución democrático-burguesa, en revolución proletaria. Me parece que esta cuestión no es todavía muy clara para muchos camaradas. De acuerdo a la concepción leninista, la revolución democrático-burguesa no está separada por una muralla de la revolución proletaria. En su desarrollo, se transforma en revolución proletaria. Se pueden resumir en las siguientes las condiciones indispensables para esta transformación, que se desprenden del leninismo: Primero: La existencia, al lado de las contradicciones de clases, que se desarrollan sobre la base de las relaciones feudales, de contradicciones de clases propias del régimen capitalista; es decir: contradicciones de clases entre los asalariados y los burgueses. Segundo: Tal grado de desarrollo de esas contradicciones sobre la base capitalista, que impide la burguesía tomar la dirección de la revolución democrático-burguesa. Tercero: Tal grado de penetración capitalista en la campaña, que desarrolla la diferenciación del campesino y con esta, los antagonismos de clases en la campaña y que origina las capas importantes de asalariado, de proletarios agrícolas. Todas estas condiciones conjuntamente con la situación internacional, forman la base del desarrollo de una revolución democrático-burguesa, en revolución proletaria. Y si planteamos esta cuestión de esta manera veremos que estas condiciones existen en América latina en gran escala, y que por consiguiente, las dos etapas de la revolución pueden estar muy cercanas. La ultima cuestión que yo deseaba tocar es la de la consigna del plebiscito. El camarada Codovilla, hablando de la cuestión de Tacna y Arica, propone como consigna general para los conflictos de fronteras la del plebiscito. Creo que esto es erróneo. Los ejemplos de palabras de orden análogo lanzadas por el Comintern, en este caso no valen; porque han sido propaladas en otras circunstancias, es decir, allí donde existían movimientos nacionales. En este caso, la consigna del plebiscito no es más que una afirmación expresada de otra manera de la consigna general de la Internacional Comunista: "derecho de los pueblos para disponer de sí mismos". Pero en la América latina, los conflictos de límites tienen otras causas que los movimientos nacionales en los territorios en disputa. Estos conflictos no son más que el reflejo de la lucha interimperialista. Ocurre frecuentemente que en las regiones disputadas no hay población, como por ejemplo, en el Chaco Boreal. En este caso, yo creo que el compañero Codovilla no propondrá hacer votar a los mosquitos... Evidentemente, la consigna del plebiscito no puede ser rechazada completamente; puede aplicarse en los casos concretos donde existan verdaderamente movimientos nacionales; pero de una manera general, creo que será más exacto que nuestros Partidos latinoamericanos expliquen el fondo imperialista de los conflictos que liguen esta propaganda, con la consigna de la federación latinoamericana de las repúblicas obreras y campesinas, explicando que solamente tal federación, después del derrocamiento de la burguesía nacional y extranjera, podrá liquidar estos conflictos. Termino. Nuestra Conferencia ha demostrado con toda claridad, dos cosas: que de una parte, la situación de América latina deviene de más en más revolucionaria, que las reservas objetivas de grandes movimientos son enormes, y de otra pare, una insuficiencia de las fuerzas subjetivas, del movimiento revolucionario, y sobre todo, el desarrollo de nuestros Partidos que no corresponde con las necesidades crecientes de lucha. Esta desproporción, es la constatación más importante que debemos extraer de esta Conferencia. De aquí, para cada Partido, para cada comunista, la tarea fundamental es de reforzamiento ideológico y orgánico de los verdaderos Partidos bolcheviques el instrumento principal de la revolución. Dellepiane (Paraguay). [...] Sala (Uruguay). [...] (Se pasa a cuarto intermedio.) |
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[1] https://books.google.fr/books?id=kbsjAQAAIAAJ
Archivo de Rómulo Betancourt, Volumen 4: 1932, 1929-30 addenda
Editorial Fundación Rómulo Betancourt, 1994
El movimiento revolucionario de América Latina en su fase democrático- burguesa, la revolución mexicana en particular, en la época histórica actual del desenvolvimiento de la revolución proletaria mundial es, como todos los movimientos de las colonias y semicolonias, un apoyo, una importante ayuda a la revolución proletaria mundial. No se transformará en una parte integrante de ella, sino cuando, bajo la hegemonía del proletariado, la revolución democrático-burguesa se transforme en una revolución socialista.
[2] https://books.google.fr/books?id=qEBYAAAAcAAJ
Vladimir Ilich Lenin , Obras completas: Julio de 1916-febrero de 1917, Volumen 30
Editorial Progreso, 1985
Porque pensar que la revolución social es concebible sin insurrecciones de las naciones pequeñas en las colonias y en Europa, sin explosiones revolucionarias de una parte de la pequeña burguesía, con todos sus prejuicios, sin el movimiento de las masas proletarias y semiproletarias inconscientes contra la opresión terrateniente, clerical, monárquica, nacional, etc.; pensar así, significa abjurar de la revolucion social.
[3] https://books.google.fr/books?id=qEBYAAAAcAAJ
Vladimir Ilich Lenin , Obras completas: Julio de 1916-febrero de 1917, Volumen 30
Editorial Progreso, 1985
Quien espere la revolución social “pura”, no la verá jamás, será un revolucionario de palabra, que no comprende la verdadera revolución.
[4] https://books.google.fr/books?id=R2pbAAAAcAAJ
Vladimir Ilich Lenin, Obras escogidas en doce tomos: Junio de 1919- abril de 1920.
Progreso, 1977
Así pues, la revolución socialista no será única y principalmente una lucha de los proletarios revolucionarios de cada país contra su burguesía; no, será una lucha de todas las colonias y de todos los países oprimidos por el imperialismo, de todos los países dependientes, contra el imperialismo internacional.
[5] no, sera
[6] https://books.google.fr/books?id=F2pbAAAAcAAJ
Vladimir Ilich Lenin, Obras completas: El desarrollo del capitalismo en Rusia, Volumen 3
Cartago, 1970
Sobre la base económica concreta de la revolución rusa, son objetivamente posibles dos caminos fundamentales de su desarrollo y desenlace: O bien la vieja hacienda terrateniente, ligada por millares de lazos al derecho de servidumbre, se conserva, transformándose lentamente en una hacienda puramente capitalista, de tipo “junker””. En este caso, la base del tránsito definitivo del sistema de pago en trabajo al capitalismo es la transformación interna de la hacienda terra— teniente basada en la servidumbre; y todo el régimen agrario del Estado, al transformarse en capitalista, conserva aún por mucho tiempo los rasgos de la servidumbre. O bien la revolución rompe la vieja hacienda terrateniente, destruyendo todos los restos de la servidumbre y, en primer término, la gran propiedad. La base del tránsito definitivo del sistema de pago en trabajo al capitalismo es el libre desarrollo de la pequeña hacienda campesina, que recibe un enorme impulso gracias a la expropiación de las fincas de los terratenientes a favor de los campesinos; y todo el régimen agrario se transforma en capitalista, puesto que la diferenciación del campesinado se realiza con tanta mayor rapidez, cuanto más radicalmente son eliminados los vestigios de la servidumbre. Dicho con otras palabras: o bien la conservación de la masa principal de la propiedad de los terratenientes y de los principales pilares de la vieja “superestructura”, de aquí el papel preponderante del burgués liberal-monárquico y del terrateniente; el rápido paso a su lado de los campesinos acomodados, la degradación de la masa de campesinos, que no sólo es expropiada en vasta escala, sino que, además, es esclavizada por los distintos sistemas de rescate propuestos por los kadetes °, y oprimida y embrutecida por el dominio de la reacción. Los albaceas de semejante revolución burguesa serían los políticos del tipo de los “octubristas”o. O bien son destruidos la propiedad de los terratenientes y todos los pilares principales de la vieja “superestructura” correspondiente; y de ahí el papel predominante del proletariado y de la masa de campesinós, con la neutralización de la burguesía vacilante o contrarrevolucionaria; el desarrollo más rápido y libre de las fuerzas productivas, sobre la base capitalista, con la mejor situación posible –en la medida en que es posible, en general dentro de la producción mercantil-— de las masas obreras y campesinas. Y de ahí la creación de las condiciones más favorables para la posterior realización, por la clase obrera, de su verdadera misión fundamental, la de la tras— formación socialista.
[7] junker
Ursprünglich waren mit dem Begriff "Junker" jüngere Prinzen, später dann alle Söh- ne der adligen Landedelleute bezeichnet worden. Im 19. Jh. wandelte sich der Be- griffsinhalt. Zunächst als politisches Schlagwort zur Bezeichnung der Großgrundbe- sitzer von Autoren in der sich herausbildenden Arbeiterbewegung im Kompositum. "Krautjunker" mit negativem Begriffsinhalt verwendet, wurde der Begriff immer mehr zu einem Fachwort in Politik und Ökonomie. Die Prägung des Begriffs "Jun- ker" geht wesentlich auf Karl Marx und Friedrich Engels zurück. Beider Aussagen über das Junkertum hat Reinhold Zilch in einem 1981 erschienenen Aufsatz unter- sucht.(1) Er kam zu dem Ergebnis, daß es in den Werken von Marx und Engels wich- tige Gedanken und Ansätze, aber keine geschlossene Definition gibt.
Mit dem Begriff "Junker" sind Grundthesen in der marxistischen Geschichtsschrei bung über das 19. und 20. Jh. verbunden. Das betriff t die Aussage vom l(lass<'nkom promiß Bourgeoisie - Junker nach 1866 und seinen Modifizierungen bis zum Über gang zum l moeria lismus wie auch die Charakterisierung des deutschen I mperialismus vor 1917 als junkerlich-bourgeois . U m so über raschender ist es wohl, daß der 13egriff "Junker" von der Geschichtswissenschaf t in der DDR unterschiedlich verwendet wur de.
U rsor ünglich waren mit dem 11egriff "Junk<.> r" jüngere Prinzen, später da nn alle Söh n<.> der adl igen Landedelleute bl:'zeichnet worden. 1m 19. Jh. wandel te sich der Hc r,riffsinhalt. Zunächst als politisches Schlagwort zur Bezeichnung dC' r Großg rundbe sitzer von Autoren in der sich herausbildenden A rheiterbewep,ung im Kompositum "'(rautjunker" mit negativem Bcgriffsinha lt verwendet, wurde der Begriff immer
mehr zu einem Fachwort in Politi k und Ökonomie. Die Prägung des ßegrif fs "Jun ker" geh t wesentlich auf K arl Marx und Fried rich Engels zurück. ßcider Aussagen über das Junkertum hat Reinhold Zilch in einem 1981 erschienenen Aufsatz untcr sucht.(1) Er kam zu dem E rgebnis, daß es in d1..:n Werken von Marx und EnJ?els wich tige Gedanken und Ansätze, aber keine geschlossene Def inition gibt.(2) Hinzu komint, daß die Kategorie "Junker" in dem von Marx und Engels untersuchten Zeit raum ihr Erscheinungsbild änderte, so daß diese Aussagen im historisch-konkreten Zusammen hang gesehen werden müssen und daher auch teilweise widerspr üchlich sind. Das er laubt es nicht, diese einzelnen Aussagen als gleichwertige Teile einer Def inition zu sammenzufassen. Auch bei Lenin gibt es keine Def inition des "Junkers". In seinen Werken findet sich der "Junker-Begriff " - was sicher auch der Übersetzung geschul det ist - nur selten und wenn, dann hauptsächlich zur Charakteristik des deutschen
Staates als junkerlich-bourgeois. Füt die Prägung des Fachwortes "Junker" waren aber Lenins Ausfüh rungen zu den möglichen Wegen der kapitalistischen Ag rarentwicklung bedeutsam. Ein K riterium des "preußischen Weges" war für Lenin, daß die f ronher r liche Gutsbesitzerwi rtschaf t langsam in ei ne bü rgerliche, in eine Junkerwi rtschaf t hinüberwächst.(3) In der Annahme, daß der Inhaber der f ronherrlichen Gutswi rtschaf t aus dem Adel kommt, wurde der "Junker" in der marxistischen Geschichtsforschung als kapitalistisch wi rtschaf tender adliger G roßg rundbesi tze r verstanden.
11cf ragt man zeitgenössische Nachschlagewerke, so erhält man im wesentlichen zwei Antworten. Zu m <.>inen werden die "Junker" - wie z. ß. im "Landlexikon" von 1912 - als ßegri ff der Politik, eine von den Linken gebrauchte 13ezeichnung für adlig<.> Ver-
treter konservativer Politik def iniert.(4) Zum anderen sind die Junker eine ßezeich nung der Adlir,en in den preußischen Ostprovinzen, so u. a. im "Politisch-wirtschaft lichen Konversationslexikon" von 1911.(5) Interessanterweise ist der "Junker-Begriff" nicht im "Handwörterbuch der Staatswissenschaf ten", dem bedeutendsten Nachschla gewe rk sozialer und volkswirtschaf tlicher Begriffe, enthalten. Auch in der Memoiren literatur des Adels f indet sich der Beg riff des Junkers sehr selten, und wenn er ver wendet wi rd, dann wi rd <.>r ohne nähere Erläuterung a ls eine politische Diffa mierung durch die Gegner zurückgewiesen. (6) Demgegenüber ist aber recht interessant , daß
es in vielen Memoiren eine nahezu einheitlich ausfallende Reschreibung eint>s Junkers gibt. Sie ist der von Prinz v. 1-lohenlohe gegebenen 13eschreibung des 1894/95 als preußische1 Innenminister tätigen pom mcrschen G roßgrundbesitzers Mathias v. Köl ler ähnlich. "Er hatte das Äußere des wohlbeleibten Landjunker s, den man sich bes ser im Jagdkostü m oder in hohen Stiefeln mit der Reitpeitsche in der Hand, seine Felder inspizierend vorstellen konnte; und was seine Bildung betraf , so dürf te sie nicht weit reichender gewesen sein als die der meisten seiner Standesgenossen, die Off iziere eines flotten Kavallerieregi ments gewesen waren."(7)
Die Besonderheit und Stärke des preußischen Adels hatte bis zu den Reformen auf dem Gutsbesitz und der mit ihr verbundenen Gutsherrschaft beruht. Mit der Gutsherrschaft war auch das Adelsmonopol für den Gutsbesitz beseitigt werden. Seitdem nun auch Bürgerliche Güter erwerben konnten, war bis zum späten 19. Jahrhundert aus dem Landadel, dem Stand der adligen Gutsherren, eine Klasse von Gutsbesitzern geworden, die teils adlig, teils bürgerlich waren. In den 1880er Jahren bestand diese Gutsbesitzerklasse in den preußischen Ostprovinzen, d. h. in den Gebieten der früheren Gutsherrschaft, aus 11.015 Gutsbesitzern, denen 16.433 Güter von 100 und mehr ha Fläche gehörten. 7.071 dieser Gutsbesitzer waren Bürgerliche, 3.641, also nur gut ein Drittel, waren Adlige. Das zahlenmäßige Übergewicht der bürgerlichen Gutsbesitzer war im gesamten preußischen Staatsgebiet noch. bürgerlichen Gutsbesitzer war im gesamten preußischen Staatsgebiet noch größer: Mehr als ... die größeren Güter und Güterkomplexe mit mehr als 1.000 ha Fläche ganz überwiegend in der Hand adliger Besitzer, und die Latifundien mit mehr als 5.000 ha Fläche waren fast ausschließlich Adelsbesitz.39 Die Homogenität der Gutsbesitzerklasse wurde durch das an Zahl überlegene, in der Besitzgröße aber weniger starke bürgerliche Element nicht gestört. In den wirtschaftlichen und politischen Interessen stimmten adlige und bürgerliche Gutsbesitzer überein. Die bürgerlichen Gutsbesitzer wurden „feudalisiert“. Sie hatten auch die relativ — nicht absolut! — höchste Zahl an Nobilitierungen.40 Wenn auch die ökonomische Interessenlage beider Gruppen gleich war, so bcstand doch ein Unterschied in der ökonomischen Aktivität: Von den bürgerlichen Gutsbesitzern in den preußischen Ostprovinzen bewirtschafteten 84,56 % ihre Güter oder eines ihrer Güter selbst; unter den adligen Gutsbesitzern taten das nur 67,34 °/o. Die anderen Gutsbesitzer ließen ihre Güter von Pächtern bewirtschaften. Somit waren in den Ostprovinzen etwa 7.000 bis 7.500 Rittergutsbesitzer als Gtoßlandwirte tätig, nur 1.500 bis 1.800 dieser oft generell als „Junker“ oder „Landjunker“ bezeichneten Großagrarier waren Adlige.41 In der Führung der agrarischen Interessenvertretung, die während der Auseinandersetzung um die Handelsverträge Caprivis entstand, des Bundes der Landwirte (s. S4. I.), gaben dann auch die bürgerlichen Agrarier den — oft recht groben — Ton an.
[8] Hipólito Yrigoyen.
[9] https://books.google.fr/books?id=10dYAAAAcAAJ
Vladimir Ilich Lenin, Obras completas: Enero-agosto de 1902, Volumen 6
Editorial Progreso, 1981
La moraleja es simple: si comenzamos por crear firmemente una fuerte organización de revolucionarios, podremos asegurar la estabilidad del movimiento en su conjunto y alcanzar, al mismo tiempo, los objetivos socialdemócratas y los objetivos netamente tradeunionistas. Pero si comenzamos por constituir una amplia organización obrera con el pretexto de que es la más “accesible” a la masa (aunque, en realidad, será más accesible a los gendarmes y pondrá a los revolucionarios más al alcance de la policía), no conseguiremos ninguno de estos objetivos, no nos desembarazaremos de nuestros métodos artesanales y, con nuestro fraccionamiento y nuestros fracasos continuos, no lograremos otra cosa que hacer más accesibles a la masa las tradeuniones del tipo de las de Zubátov u Ozerov.
[10] Lenin se refiere al Partido bolchevique, asi dominada antes de la revolucion.